El presidente de EEUU, Barack Obama, eligió hoy el estado clave de Ohio para su primer acto de campaña de 2012, mientras su equipo se esforzaba en destacar las debilidades del republicano Mitt Romney, ganador de los caucus de Iowa. Recién llegado de unas largas vacaciones navideñas en Hawai, Obama quiso recuperar la atención del electorado que el martes se centró en las asambleas populares de Iowa, con un fugaz viaje en el que trató de profundizar en su discurso a favor de la clase media. "Una de mis resoluciones de Año Nuevo es salir más de Washington y pasar más tiempo con vosotros", dijo el mandatario a un grupo de simpatizantes en el instituto de Shaker Heights (Cleveland), el mismo que escogió hace dos años para hablar sobre la reforma sanitaria.
Desde que anunció en abril que buscaría la reelección, Obama ha visitado cuatro veces Ohio, considerado un espejo del sentir político del país, ya que desde 1960 ningún candidato presidencial ha ganado unas elecciones generales sin haberse impuesto también en ese estado. En 2008, Obama tuvo dificultades para atraer el voto de los blancos con bajo nivel educativo que forman gran parte de la población de Ohio, pero logró hacerse finalmente con un 52 por ciento de los sufragios en la elección general.
No obstante, sus apoyos en el estado han menguado desde entonces, y las mayoría de las encuestas le muestran en un empate estadístico con aspirantes republicanos como el ex gobernador de Masachusets Mitt Romney o el ex congresista Newt Gingrich. En su viaje de hoy, el presidente visitó en su hogar a una pareja de ancianos que cargan desde hace diez años con una deuda de decenas de miles de dólares, para asegurar después que "no deberían tener que preocuparse por ser engañados por alguien que busca hacer dinero fácil".
Ese ejemplo le sirvió para anunciar el nombramiento, en pleno receso del Senado, de Richard Cordray como director de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), creada en 2010 para luchar contra los abusos que llevaron a la crisis económica. Los republicanos, que bloquearon la nominación de Cordray durante seis meses debido a su oposición a la agencia, criticaron duramente su decisión de obviar el proceso legislativo, pero el presidente reiteró que no aceptará "un 'no' por respuesta" en este asunto. "Cuando el Congreso se niega a actuar y como resultado hiere nuestra economía y pone a gente en peligro, tengo una obligación como presidente para hacer lo que deba hacer sin ellos, para actuar en nombre del pueblo estadounidense", aseguró.
Obama recurría así al que, según su campaña, será uno de los ejes de su lucha por la reelección: los ataques a un Congreso que tiene mayoría republicana en la Cámara Baja y a sus "juegos políticos", a los que atribuye el fracaso de muchas de sus iniciativas. Mientras, su equipo de campaña preparaba una reacción a la victoria en Iowa del que se perfila como su rival más probable en las generales de noviembre, Mitt Romney, que se impuso en los caucus por apenas 8 votos.
En una conferencia telefónica con periodistas, dos asesores de alto rango de la campaña electoral de Obama describieron a Romney como un candidato "débil" que, para congraciarse con la base conservadora de su partido, cambia de postura según le convenga. El sentimiento parece ser mutuo para Romney, que, pese a lo ajustado de su victoria del martes frente al ex senador Rick Santorum, ha subrayado que seguirá concentrando los esfuerzos de su campaña en contrarrestar a Obama, y no a sus contendientes en la carrera republicana.