El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció ayer la extensión, hasta el 14 de septiembre de 2011, de las sanciones de la Ley contra el Comercio con el Enemigo, que supone en la práctica la continuación del embargo a Cuba.
Según informó el Gobierno en un comunicado, Obama ha suscrito un memorándum a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el titular del Tesoro, Tim Geithner, en el que afirma que "la continuación durante un año de estas medidas referentes a Cuba conviene a los intereses nacionales de Estados Unidos".
La renovación de esa ley, que prohíbe que las empresas estadounidenses puedan hacer negocios con la isla, tiene carácter rutinario y los mandatarios anteriores la habían venido prorrogando anualmente.
La última extensión expiraba el próximo 14 de septiembre, aunque ahora se ha extendido hasta la misma fecha del 2011.
La ley contra el Comercio con el Enemigo, que data de 1917 y se aprobó con vistas a la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, prohíbe que las firmas estadounidenses comercien con países considerados hostiles.
Fue la que se utilizó en 1963 para imponer el embargo económico contra Cuba.
Su importancia hoy día, no obstante, es más simbólica que real por cuanto el embargo ha sido expandido y reforzado en otras leyes estadounidenses, como la Torricelli, de 1992 y que impide el envío de alimentos a Cuba -con la excepción de ayuda humanitaria- o la Helms Burton, de 1996.
En particular, la ley Helms Burton especifica, entre otras cosas, que el embargo no podrá levantarse en tanto un miembro de la familia Castro continúe en el poder en La Habana.
Cuba es el único país del mundo sujeto a las sanciones de la Ley contra el Comercio con el enemigo, después de que en 2008 la Administración del presidente George W. Bush optara por no renovar la aplicación de la medida a Corea del Norte, en respuesta al acuerdo de Pyongyang de divulgar detalles de su programa nuclear.
El año pasado, Obama anunció la flexibilización de los viajes y remesas de los cubanoamericanos con familiares en la isla e inició rondas de negociaciones migratorias con Cuba, pero también prorrogó esta ley de 1917 por otro año.