El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confirmó la muerte del cooperante estadounidense Peter Kassig, también conocido como Abdul Rahman desde que se convirtió al islamismo, y que fue decapitado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), en un acto que calificó de "pura maldad".
Obama, de regreso de una gira por China, Birmania y Australia, se refirió a la muerte del joven cooperante como "un acto de pura maldad por un grupo terrorista que el mundo asocia con actos inhumanos".
El mandatario acusó al EI de estar "aprovechándose" de la "tragedia" que vive Siria para "promover sus propios fines egoístas", mientras personas como Kassig "conmovido por el sufrimiento de los civiles sirios viajó a Líbano para trabajar en un hospital tratando a los refugiados".
El Estado Islámico aseguró este domingo haber ejecutado a Kassig, de 26 años, en un vídeo difundido este domingo en internet en el que también se muestra la decapitación de un grupo de soldados sirios.
El miliciano encapuchado vestido de negro que señala a una cabeza ensangrentada colocada a sus pies y declara que corresponde a Kassig, tiene acento británico, según apuntan algunos medios, y podría tratarse del mismo individuo que ha aparecido en otros vídeos, conocido en el Reino Unido como Yihadi John.
Kassig fue capturado el 1 de octubre de 2013 en la provincia oriental de Deir al Zur cuando viajaba en una ambulancia para distribuir suministros y equipos médicos, y durante su año de cautiverio se convirtió al islamismo, tras compartir celda con un musulmán sirio devoto.
"Nos rompe el corazón saber que nuestro hijo, Abdul Rahman Peter Kassig, ha perdido la vida por su amor por el pueblo sirio y su deseo de aliviar su dolor", indicaron sus padres Ed y Paula en un mensaje de Facebook.
Antes de que el Gobierno estadounidense certificara la autenticidad del vídeo, sus padres pidieron "respetuosamente" a los medios de comunicación que no "siguieran el juego" a los yihadistas y evitaran difundir las imágenes distribuidas por el EI.
"Preferimos que se escriba sobre nuestro hijo y sea recordado por su importante labor y el amor que compartía con sus amigos y su familia, no de la forma que los secuestradores emplean para manipular a los estadounidenses y promover su causa", dijeron.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que se sumó a las condolencias, aseguró que durante el tiempo en el que el cooperante estuvo en cautiverio, "su familia, y todo el Gobierno, incluido el senador de su estado, Joe Donnelly, trabajaron para evitar este desenlace".
Kerry aseguró que el joven "personificó los valores de altruismo y compasión que son la esencia de la religión que adoptó, el islamismo" y consideró que el que los captores ignoraran el ruego "inolvidable" que hizo recientemente la madre Kassig para que le liberaran "es sólo una muestra más de la falta de humanidad de los terroristas del EI".
Kassig, que sirvió en el Ejército estadounidense en Irak durante un año en 2007, volvió a Oriente Medio en 2012 durante unas vacaciones cuando estudiaba ciencias políticas en la Universidad Butler (Indianapolis).
Según su familia, conmovido por el sufrimiento de los refugiados sirios y los desplazados, decidió trasladarse al Líbano para trabajar como voluntario en un hospital y fundó la organización "Special Emergency Response and Assistance", para facilitar asistencia y formación médica a los civiles en Siria.
El 3 de octubre, el EI publicó un vídeo en el que mostraba la decapitación del británico Alan Henning y amenazaba con la de Kassig si no cesaban los bombardeos de la coalición internacional liderada por EE.UU. contra sus posiciones.
El asesinato de Kassig se conoció después de que el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el general Martin Dempsey, realizara una visita sorpresa el sábado a Irak para evaluar la campaña contra el grupo yihadista liderada por Washington, que cuenta con el apoyo de una coalición internacional formada por 60 países.
El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, se mostró "horrorizado" por "el asesinato a sangre fría" del joven, mientras que el Gobierno de España condenó "en los términos más enérgicos el brutal asesinato" del cooperante.
Los yihadistas, que controlan desde hace meses partes de Siria e Irak, han asesinado de forma similar a los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff y a los cooperantes británicos David Haines y Alan Henning, mientras que mantienen en cautiverio al periodista británico John Cantlie.
Desde que empezó la guerra civil en Siria en marzo de 2011 contra el régimen de Bachar Al Asad, han muerto más de 200.000 personas y más de 9 millones han abandonado sus hogares, incluidos 3 millones que se han visto obligadas a refugiarse en los países vecinos como Líbano, Jordania y Turquía.