El presidente de Uruguay, José Mujica, suspendió su visita a Italia de esta semana, en el tramo final de una intensa gira que le ha llevado por China y España, por la recomendación de su servicio médico de que guarde reposo.
"Se pone en conocimiento que, por indicación de reposo, el señor Presidente de la República ha suspendido la posibilidad de participar en la ceremonia de entrega del premio Mediterráneo, así como las audiencias que tendría con autoridades italianas", se indica en un comunicado.
Según la nota, "la medida incluye su permanencia en la ciudad de Madrid a fin de descansar hasta el 5 de junio, fecha dispuesta para emprender el regreso" a Uruguay.
Mujica, de 78 años, tuvo en noviembre del año pasado una "trombosis previa" por la obstrucción de una arteria en la pierna derecha que le impidió realizar, en el último momento, la visita oficial a España que finalmente ha llevado a cabo en los últimos días.
Entonces, su médica personal, Raquel Panone, que viaja también con él en la actual gira, le recomendó descanso y sobre todo evitar subir a un avión por el peligro de que sufriera una trombosis aguda.
El gobernante uruguayo, que este domingo estuvo de visita en Galicia (noroeste de España), arrastra problemas crónicos de salud debido en parte a las secuelas de los catorce años que estuvo preso por su pertenencia a la guerrilla tupamara, la mayoría durante la dictadura (1973-1985), algunos en condiciones infrahumanas.
En 2005, cuando era ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, estuvo hospitalizado durante un mes por una enfermedad que afecta a su sistema inmunológico.
En Italia Mujica tenía previsto reunirse en Roma con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, y el presidente del Gobierno de coalición, Enrico Letta, además de recibir el premio Mediterráneo en la ciudad de Nápoles.
La gira del mandatario, iniciada a fines de mayo, ha sido la más larga de su mandato e incluía decenas de actividades en China, España e Italia, así como reuniones con autoridades como el rey Juan Carlos, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el papa Francisco y mandatarios chinos.