Moscú ya trabaja en una respuesta militar al escudo antimisiles de Estados Unidos, una vez que Washington ha reconocido oficialmente que no dará garantías jurídicas de que sus misiles no apuntarán a Rusia, reveló un alto cargo del Kremlin en una entrevista publicada hoy por el diario Kommersant.
"En líneas generales ya sabemos qué es lo que hay que hacer. Nuestra respuesta (militar) será barata, pero excepcionalmente efectiva", adelantó el funcionario del Kremlin al diario ruso.
Rusia da por hecho que "las intenciones de los norteamericanos son cada vez más obvias: pretenden construir el escudo antimisiles sin tener en cuenta nuestra postura", añadió.
El funcionario ruso subrayó que ni siquiera las garantías jurídicas, si fueran ofrecidas en última instancia, satisfacen ya a Rusia.
"Ya no nos conformaríamos, ya que estas garantías tendrían una validez máxima de cinco años. El próximo presidente (de Estados Unidos) podría renegar de ellas", explicó.
El pasado miércoles, el director del departamento ruso del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael McFaul, indicó ante el Congreso norteamericano que las exigencias de Rusia en materia de defensa antimisiles no pueden ser asumidas por Washington, por lo que las negociaciones se hallan en punto muerto.
"(Las negociaciones) se deshacen por las exigencias de Rusia de que firmemos acuerdos jurídicamente vinculantes garantizando que no debilitaremos su potencial de contención nuclear", dijo el que será el próximo embajador de Estados Unidos en Moscú.
Por su parte, el embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, reiteró que Rusia no puede escuchar las propuestas de Washington sin resolver antes asuntos fundamentales para la seguridad del país.
"Ante todo, garantías jurídicas de que el sistema de defensa antimisiles europeo no apuntará a las fuerzas nucleares rusas", insistió el diplomático ruso, quien añadió que "en caso contrario, Rusia tomará medidas compensatorias, que puedan garantizar nuestra seguridad por la vía de una respuesta militar".