Miles de ciudadanos de Costa de Marfil huyen a Liberia por temor a una nueva guerra civil

Partidarios de los dos presidentes investidos en Costa de Marfil, Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, huyen a miles a Liberia ante el temor de una nueva guerra civil y serían ya cerca de 20.000, si se confirma los últimos datos de la ONU. El conflicto político y el temor a la reanudación de la guerra civil, tras las elecciones del pasado 28 de noviembre, que han dejado a Costa de Marfil con dos presidentes y dos gobiernos, ha llevado a un constante flujo de refugiados hacía la región oriental liberiana de Nimba County, fronteriza con ese país.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha constatado que ya hay más de 15.000 refugiados marfileños en Liberia, llegados desde principios de este mes, e investiga la probable presencia de otros 4.000, aún no confirmados, en las zonas limítrofes con Costa de Marfil. Según la oficina de la ACNUR en Monrovia, la mayoría de los refugiados procede de los departamentos occidentales marfileños de Danane y Guiglo.

La zona es conflictiva, pues está situada en el límite entre el sur, controlado por las Fuerzas Armadas y de seguridad, leales a Gbabgbo, y el norte, bajo dominio de las Fuerzas Nuevas, que apoyan a Ouattara.

Poblaciones de Costa de Marfil como Ligbepleu, Tuopleu, Doupleu, Gbeadapleu y Gbinta han visto cómo sus habitantes escapaban de una posible violencia y huían hacia Liberia, algunos con recorridos a pié de 150 kilómetros, que los han dejado extenuados.

La mayoría de ellos son mujeres y niños, los sectores más débiles de la sociedad, según la representación de la ACNUR en Liberia, que precisó que la menos el 62 por ciento son menores de 18 años.

Los refugiados son una mezcla de partidarios de Gbagbo y Ouattara, lo que también puede suponer un problema de cohabitación en Liberia, que ya han contemplado las autoridades del país.

En principio, los refugiados se han distribuido en una veintena de poblados en la zona fronteriza, donde son identificados y atendidos por la ACNUR, que estudia con el Gobierno de Monrovia la posible habilitación de campamentos.

Las autoridades liberianas son reacias a abrir campamentos, donde convivirían personas de diferentes facciones políticas, lo que podría llevar a complicaciones de seguridad, según ha señalado el Gobierno.

En las comunidades afectadas, en las que muchos habitantes estuvieron refugiados en Costa de Marfil durante la guerra civil liberiana, finalizada en 2003, temen ahora el influjo de los marfileños, en especial porque el flujo ha aumentado en los últimos días y no saben hasta qué número pueden llegar.

Según autoridades locales, una excesiva aglomeración puede crear tensión y también la aparición de enfermedades infecciosas, una posibilidad que la zona no está preparada para afrontar.

Mientras tanto, el ACNUR, que ha señalado que cuenta con suministros para unos 30.000 refugiados, una cifra que se puede superar pronto si sigue el actual flujo, trabaja con la Comisión Liberiana para la Repatriación y el Reasentamiento de Refugiados (LRRRC) en la búsqueda de lugares para asentar a los marfileños.

También colabora con la Cruz Roja Liberiana, que aporta medios para atender urgencias médicas y posibles catástrofes relacionadas con los refugiados.

Estos organismos de auxilio proporcionan a los refugiados marfileños láminas de plástico para construir refugios, mantas, bidones, colchonetas, lámparas de petróleo, jabón, así como otros artículos domésticos básicos.

Los refugiados "parecen deprimidos, pero están contentos de haber entrado en Liberia, pues temen que podrían haber muerto de haber seguido en su país", asegura un intérprete local que trabaja con la ACNUR.