Miles de mexicanos expresaron con marchas pacíficas su rechazo hacia el Gobierno y la subida de los precios de las gasolinas, tras una semana de la aplicación de esta polémica medida que se ha saldado con cientos de disturbios, saqueos y detenidos en buena parte del territorio.
"A fin de cuento el alza de los combustibles impacta en todo porque todo sube. Los que tienen coche, los que van en transporte público y los que tienen que comprar sus víveres, porque todos los insumos suben a partir de la gasolina, y son golpes muy duros", dijo a Efe Laura Villa, quien protestaba desde la Ciudad de México.
Como Villa, una ama de casa que acudió a la protesta junto a sus hijos, varios miles de personas se reunieron este sábado en la capital para mostrar descontento hacia la decisión gubernamental de subir este 1 de enero los combustibles entre un 14 % y un 20 %, un alza que antecede a la liberalización de precios en el sector que se dará de forma gradual este 2017.
"En otros países la gasolina no es tan cara, y nosotros somos un país petrolero, con yacimientos", lamentó Chimalma, otra manifestante de esta protesta eminentemente ciudadana -sin grandes organizaciones detrás- que tuvo como cara más visible al sacerdote y activista Alejandro Solalinde.
Además de en la Ciudad de México, se escucharon consignas como "No + gasolinazos" o "¡Fuera Peña (Nieto)!" en las manifestaciones pacíficas que se celebraron en al menos seis estados más: el Estado de México, Chiapas, Jalisco, Puebla, Guerrero o Nuevo León.
En Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco, se celebró una de las marchas más multitudinarias, con al menos 5.000 asistentes, de acuerdo a datos de Protección Civil proporcionados a Efe.
De la misma manera, en Monterrey (Nuevo León), Toluca (Estados de México), Acapulco (Guerrero) o Tapachula (Chiapas) se llevaron a cabo protestas de manera pacífica, aunque en estas dos últimas localidades varios comercios cerraron sus puertas por seguridad, según recogieron medios locales.
Hasta la noche del viernes, los disturbios ligados a las protestas por el alza a las gasolinas habían dejado, según cifras de las autoridades, al menos seis muertos y más de 1.500 detenidos.
Así como unos 420 establecimientos comerciales saqueados, de acuerdo a datos de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad).
En la noche del viernes y este sábado la fuerza de estos actos vandálicos aminoraron en el territorio y, de hecho, no se registraron incidentes de gravedad en el país.
No obstante, la jornada del sábado tampoco terminó en saldo blanco, pues durante el desalojo de una terminal de almacenamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) se produjo un enfrentamiento entre manifestantes y agentes de seguridad que se saldó con al menos 15 heridos -ocho policías federales y tres periodistas entre estos- y unos 70 detenidos.
Cámaras de vídeo captaron el momento en que uno de los manifestantes arrollaban con su camioneta a varios agentes federales, que se encontraban creando un escudo humano.
En Monterrey, donde también se celebró una populosa manifestación que terminó sin heridos ni arrestos, se informó que en días pasados se registraron 27 saqueos y se arrestaron 306 personas, 152 de los cuales fueron remitidos ante un juez. Asimismo, en el estado vecino de Coahuila, en el norte del país, hubo 38 detenidos, y todos ellos serán procesados legalmente.
En contraposición al vandalismo, los manifestantes consultados por Efe subrayaron hoy que su protesta era pacífica y, tal y como se ha escuchado estos días en las calles, acusaron directamente al Gobierno federal de instigar los saqueos en tiendas infiltrando a sus propios cuerpos en las protestas.
"Son grupos de choque del mismo gobierno para desprestigiar el movimiento. Todos los ciudadanos comunes los sabemos. Nosotros solo marchamos y peleamos pacíficamente nuestros derechos", comentó con convencimiento Fidel Delgado, un comerciante capitalino.
En el plano político, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, acusó este viernes a partidos y organizaciones de querer "tomar ventaja y aprovechar" esta impopular decisión gubernamental para "encontrar culpables" y ganar terreno.
"A veces hay que optar por el mal menor, y lo que el Gobierno ha decidido es privilegiar el gasto que se realiza, sobre todo, a acciones y políticas dirigidas a los sectores más vulnerables de nuestro país", en detrimento de un mayor precio de las gasolinas, defendió el gobernante.
A pesar de sus reiteradas justificaciones -pues esta semana el mismísimo presidente ha salido en defensa de la medida al menos tres veces- , hoy la reclamación más escuchada en la calle era la que pedía la dimisión del mandatario, que vive uno de sus momentos más bajos de popularidad.
Aunque quizás sin los conatos de violencia de días precedentes, el descontento popular todavía se alargará, pues hay manifestaciones que se esperan multitudinarias para la próxima semana.