La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha emplazado a los gobiernos de Italia y España a mantener el "rápido" ritmo de reformas. Además, ha alertado de que la economía mundial está sometida a "un alto grado de inestabilidad" debido, en gran parte, a la crisis de la deuda europea.
En una entrevista concedida al diario estadounidense 'The Wall Street Journal', Lagarde ha asegurado que España e Italia "se están moviendo lo suficientemente rápido en término de reformas" y ha exhortado a Madrid y Roma a "mantener" dicho ritmo. "Una cosa es promulgar una ley, pero realmente se tiene que garantizar que se han implementado", ha enfatizado la directora general del FMI, que ha reiterado que, hasta entonces, no se podrán juzgar los resultados.
No obstante, Lagarde, una vez más, ha identificado a Europa como el principal foco de inestabilidad para la economía global. En una de cal y otra de arena, la exministra de Finanzas de Francia valora positivamente las reformas acometidas por los Estados de la eurozona, en alusión a España e Italia, así como a la ampliación de los fondos de rescate --también denominados cortafuegos financieros--. Sin embargo, las medidas se han adoptado de "forma fragmentada, poco a poco y, en ocasiones, de una manera muy lenta", ha lamentado Lagarde.
En este sentido, Lagarde ha dejado entrever que el FMI podría mejorar las previsiones de crecimiento económico mundial después de que en enero se redujeran hasta el 3,3 por ciento. No obstante, el análisis que ha extraído el FMI es aún más pesimista que el que reflejó el informe de septiembre, que situó el crecimiento global en un cuatro por ciento para este año.
Para lidiar con esta coyuntura, Lagarde ha confirmado que el FMI ha estado intentando recaudar los fondos suficientes para incrementar la capacidad prestamista del organismo en unos 500.000 millones de dólares (382.300 millones de euros), aunque sin éxito. Así pues, se ha rebajado el objetivo a algo más de 100.000 millones de dólares (casi 76.500 millones de euros), según han precisado fuentes del FMI.
Debido a la alta demanda de fondos por parte de las economías de la eurozona, que han acaparado fondos valorados en hasta 200.000 millones de dólares (cerca de 153.000 millones de euros), Estados Unidos ha optado por rebajar el ritmo de las aportaciones al FMI y así mantener la presión a Europa. No en vano, Lagarde ha asegurado que "las necesidades (de financiación) actuales no son tan altas como las que habían estimado a comienzos de este año".