El gobierno de Israel adoptó una serie de medidas excepcionales para hacer frente a la oleada de ataques que vive desde hace dos semanas, entre ellas, permitir cerrar barrios considerados problemáticos y reforzar la Policía con fuerzas del Ejército.
Entre las decisiones, autorizadas ayer por el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu en una reunión de urgencia para tratar la situación y desveladas esta madrugada en un comunicado de su oficina, está la de autorizar a la Policía a "imponer un cierre en, o rodear, centros de fricción e incitación en Jerusalén, de acuerdo a las consideraciones de seguridad".
El gobierno ha decidido también que "además de demoler las casas de los terroristas", no se permitirá construir nada en el lugar donde estaban, con el fin de que esto eche para atrás a posibles atacantes.
Además, la propiedad de quienes lleven a cabo ataques será confiscada y se revocarán sus permisos de residencia, lo que afecta fundamentalmente a los del territorio ocupado de Jerusalén Este, que no tienen nacionalidad israelí pero si residencia.
Según medios israelíes, cerca del 80 por ciento de los atacantes de los más de 22 apuñalamientos o intentos de apuñalamiento que se han registrado desde principios de mes proceden de la parte oriental de Jerusalén.
Netanyahu y su Ejecutivo han ordenado también incrementar aún más la dotación policial, destinar 80 millones de shékels (unos 18 millones de euros) para reclutar 300 guardias adicionales para proteger el transporte público en Jerusalén, tras dos ataques en autobuses este lunes y martes, y ha autorizado a reforzar las fuerzas policiales en ciudades y carreteras con fuerzas del Ejército.
"El Ejército recibirá instrucciones para destacar unidades en áreas sensibles a lo largo de la verja de seguridad de forma inmediata", señala la nota del gobierno, que también ha ordenado que se acelere la construcción del muro a lo largo de las colinas del sur de Hebrón, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania.
NO SE DEVOLVERÁN LOS CADÁVERES DE LOS TERRORISTAS PARA QUE NO SE PUEDAN REALIZAR HOMENAJES
El Gobierno israelí decidió que, a partir de ahora, no entregará a las familias los cadáveres de atacantes palestinos muertos por disparos de las fuerzas de seguridad, para que los entierros no se conviertan en manifestaciones que alienten a la violencia.
"La familia del terrorista convierte su funeral en una manifestación de apoyo al terrorismo e incitación al asesinato y no debemos tolerarlo", adujo el ministro de Seguridad Interna israelí, Guilad Erdan, en un comunicado difundido.
"Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que el terrorista no reciba honores y ceremonias después de haber cometido un atentado", comentó sobre algunos de los recientes funerales palestinos, en los que el atacante adopta la condición de "shahid" (mártir) y es homenajeado.
Según la decisión, aprobada anoche por el gabinete de seguridad del Gobierno de Benjamín Netanyahu junto con otro paquete de medidas para frenar la actual ola de violencia, los atacantes serán enterrados en Israel por las autoridades. Para ello, se estudia la reutilización de viejos cementerios militares que hay desde hace años para casos similares.
Esta tarde, se reunirá el denominado Gabinete de Seguridad, para volver a evaluar la situación y estudiar medidas para reducir la incitación a la violencia.
La región cumple dos semanas consecutivas de violencia, con ataques y disturbios en los que han muerto 7 israelíes y una treintena de palestinos, once de ellos tras perpetrar o intentar perpetrar atentados, según fuentes policiales.