El gobernador de la provincia de Raqa, en el noroeste de Siria, resultó herido hoy grave por una explosión al paso de su convoy, en la que murieron al menos dos personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Esta organización opositora explicó en un comunicado que, según los primeros indicios, el estallido fue causado por un artefacto explosivo colocado debajo de un vehículo o por un coche bomba.
Los muertos son un oficial de la policía y una mujer, afirmó el OSDH, que añadió que otros acompañantes del gobernador, al que no identificó, resultaron herido, pero no pudo precisar la cifra de estas víctimas.
Varias ambulancias se han desplazado al lugar para trasladar a las víctimas, añadió la defensora de derechos humanos.
Por otro lado, las fuerzas del régimen sirio reanudaron hoy sus bombardeos con aviones Mig contra la zona de Ras el Ain, en la provincia septentrional de Hasaka, cerca de la frontera con Turquía, y causaron al menos cuatro muertos, según dijo a Efe vía internet el portavoz de la Red Sham en Hasaka, Samer al Abdalá.
Este activista explicó que decenas de personas resultaron heridas en los ataques, entre ellas numerosos niños, y que otras más todavía se encuentran debajo de los escombros de los edificios destruidos.
"Los bombardeos de hoy fueron más indiscriminados que en los últimos días y no han parado hasta ahora", señaló Al Abdalá, que agregó que se han producido también enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y rebeldes en Ras Ain.
En Damasco y sus alrededores la violencia continúo hoy, ya que al menos diez miembros de las fuerzas del régimen fallecieron en enfrentamientos con rebeldes, que irrumpieron en un canal de televisión y en la facultad de Agricultura en el pueblo de Jarbo, al este de la capital, según el Observatorio Sirio.
En otros choques registrados en los barrios de Yubar y Tadamun, en Damasco, cuatro combatientes rebeles perecieron, añadió el OSDH.