Guatemala estudiará el caso de la familia infectada en un experimento médico de EEUU

El Gobierno de Guatemala analizará la demanda de una familia de tres miembros afectados por los experimentos que médicos estadounidenses practicaron a miles de guatemaltecos en la década de los 40.

"Exploraremos las posibilidades de atención tanto al interior del Gobierno de Guatemala como lo haremos saber también a la Embajada de los Estados Unidos", anunció el vicpresidente de Guatemala, Juan Alfonso Fuentes Soria, en declaraciones a periodistas tras reunirse con la familia.

Los afectados, que prefieren mantenerse en el anonimato, se siente "desatendidos" y no tomados en consideración, por lo que exigen una "reparación económica y moral".

No obstante, además de la vía judicial, "quieren saber las posibilidades de una solución amistosa".

A este respecto, Fuentes Soria adelantó que se reunirá con responsables de la embajada norteamericana para analizar el caso.

El médico estadounidense John Cutler dirigió estos experimentos en los que estuvieron involucrados los Institutos Nacionales de Salud estadounidense (NIH, por su sigla en inglés) durante la administración de Harry S. Truman (1945-1953).

El objetivo era averiguar si la penicilina podría ser usada para prevenir enfermedades de transmisión sexual y emplearon para ello a prostitutas, exmilitares, enfermos mentales, huérfanos y presidiarios.

No se ha encontrado ningún informe sobre las conclusiones del experimento pero sí hay datos personales de los pacientes y cuadros médicos según los cuales hubo al menos 83 víctimas mortales.

Los experimentos, que nunca fueron publicados, se conocieron en 2010 después de que la profesora de la Universidad de Wellesley Susan Reverby se topara con ellos por casualidad mientras buscaba documentación para otra investigación.

En su momento, tanto la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como la de Salud, Kathleen Sebelius, criticaron dichos experimentos y ofrecieron una disculpa pública.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también ofreció disculpas y ordenó la creación de una comisión especial para estudiar lo ocurrido en Guatemala y analizar los aspectos éticos de estudios médicos internacionales.

El Gobierno guatemalteco determinó que más de 2.000 personas fueron infectadas con sífilis, gonorrea o chancroide en la década de los cuarenta sin su conocimiento, mientras que Estados Unidos sitúa la estimación en algo más de 1.300 personas.