Al menos 55 personas murieron hoy y 372 resultaron heridas por la explosión consecutiva de dos coches-bomba en la zona de Qazaz, en la periferia de Damasco, según un comunicado del Ministerio sirio del Interior, citado por la televisión oficial. Las autoridades han recopilado, además, quince bolsas con restos humanos no identificados, por lo que el número de víctimas podría aumentar.
El Ministerio precisó que los dos vehículos, que llevaban más de 1.000 kilos de material explosivo, iban conducidos por terroristas suicidas. El primer estallido se produjo a las 07.53 hora local (04.53 hora GMT), mientras que el segundo se registró un minuto después.
El Gobierno acusó en su nota a "grupos terroristas armados", apoyados por partes extranjeras, de la autoría del doble atentado y aseguró que va a perseguir a los asesinos y a quienes los acojan, por lo que pidió la cooperación ciudadana para capturarlos. El comunicado oficial agrega que las explosiones causaron también dos agujeros grandes en el asfalto y daños en propiedades públicas y privadas.
Según pudo constatar Efe en el lugar de los hechos, el ataque ocurrió cerca de un edificio del denominado cuerpo de la Inteligencia Palestina y una sede de los servicios de Aviación. Escombros, sangre y cristales de las ventanas de edificios cercanos cubrían el suelo de la zona, adonde acudieron decenas de ambulancias para evacuar a las víctimas.
Un equipo de observadores de la ONU se trasladó para inspeccionar el lugar. Allí, el jefe de la misión, el general noruego Robert Mood, afirmó en declaraciones a los periodistas que "este acto terrorista" no supone una solución a los problemas de Siria.
Los observadores se encuentran en Siria para verificar el cumplimiento del plan de paz de la ONU que estipula, entre otros, un alto el fuego, en vigor desde el 12 de abril