El Gobierno de Evo Morales expresó hoy su preocupación por la posibilidad de que se esté gestando un golpe de Estado en su contra, a instancias de la protesta de los policías que están amotinados desde el jueves y la llegada a La Paz la próxima semana de los nativos amazónicos que defienden el parque Tipnis.
La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, dijo a los medios que las "señas" de violencia que se vieron en las protestas policiales de ayer "podrían estar constituyendo un escenario de golpe".
Dávila aludió así a los disturbios violentos en varias ciudades, sobre todo en La Paz, donde centenares de agentes saquearon el edificio donde funcionan la Inteligencia y el Tribunal Disciplinario de la Policía, además de Interpol, y quemaron sus archivos.
"Frente a la violencia que hemos visto ayer, frente a estos indicios que estamos observando desde los informes de prensa, desde los informes de inteligencia que están llegando, acá hay un escenario muy preocupante", señaló Dávila.
Matizó que las esposas de los policías han mostrado "que no hay esa intención política, que ellos quieren dialogar", pero insistió en que "se tiene que resolver este conflicto porque de lo contrario estamos ingresando en un escenario de golpe de Estado".
Una comisión de ministros liderada por el de Gobierno, Carlos Romero, y los dirigentes de los policías han mantenido dos reuniones preliminares desde anoche sobre la demanda de mejores salarios para los agentes, sin resultados por el momento.
Las autoridades y los agentes intentarán dialogar nuevamente, esta vez en el viceministerio de Régimen Interior, después de que el segundo intento de diálogo se suspendiera esta tarde por una marcha de policías que llegó hasta el ministerio de Gobierno para protestar.
Horas antes, la misma ministra Dávila declaró a la radio Erbol que se tiene información de que los policías pretenden mantener sus protestas hasta el martes, cuando prevén llegar a La Paz los nativos amazónicos que defienden el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
Sin embargo, los agentes han negado tener vínculos políticos o intenciones de derrocar al mandatario y aseguran que solo buscan una reivindicación económica.
Los policías reclaman al Gobierno que su escala salarial sea similar a la de las Fuerzas Armadas, pues mientras ellos ganan ahora 178 dólares al mes, un militar de igual nivel recibe el doble.
El salario mínimo de Bolivia, uno de los países más pobres de América, es de 144 dólares mensuales y el sueldo medio apenas pasa de 546, según cifras de 2011.
El Gobierno les ha ofrecido aumentar 27 dólares a un subsidio de 57 que reciben mensualmente para tareas de seguridad ciudadana, además de entregarles víveres dos veces al año y no una, como ocurre ahora, pero los agentes insisten en un aumento a su salario básico.