El papa Francisco pide de nuevo la paz ante un mundo sometido a traficantes de armas

  • Durante la misa Crismal de Jueves Santo en la Basílica de San Pedro del Vaticano

El papa Francisco pidió de nuevo "con más fuerza" la paz ante "un mundo sometido a los traficantes de armas que se benefician con la sangre de las mujeres y los hombres", en una entrevista que publicó hoy el diario italiano "La Repubblica".

"Me sale sólo pedir con más fuerza la paz ante un mundo sometido a los traficantes de armas que se benefician con la sangre de las mujeres y los hombres", dijo al responder a una pregunta sobre la situación mundial actual.

Francisco reiteró su opinión de que se está viviendo "una terrible guerra mundial a trozos" y pregunto retóricamente: "¿Todo lo que se obtiene con la guerra no desencadena represalias y una espiral de conflictos letales que solo dan beneficios a los pocos señores de la guerra?".

Para Jorge Bergoglio, "el pecado se manifiesta hoy en día con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las varias fuerzas de violencia y maltrato, en el abandono de los más frágiles" y los que pagan "son siempre los últimos y los indefensos".

El papa que hoy en ocasión del Jueves Santo celebrará misa de Coena Domini (Cena del Señor) en la cárcel de Paliano, en Frosinone (a unos 60 kilómetros de Roma) y lavará los pies a 12 reclusos para recordar el rito de la Ultima Cena, aseguró que "la hipocresía nos empuja a ver a los presos como personas que se han equivocado". "Pero, repito, todos podemos equivocarnos. Todos de una manera u otra nos hemos equivocado. La hipocresía hace pensar que no se puede tener la posibilidad de cambiar de vida", agregó.

El papa volvió a definirse "un pecador" y aseguró que a los reclusos que se definen culpables les responderá con las palabras de Jesús: "Quien no es culpable que tire la primera piedra".

"En este mundo nos olvidamos que todos somos pecadores y que a menudo también somos prisioneros sin darnos cuenta", aseveró.

El pontífice argentino explicó que curas y obispos "tienen que estar siempre al servicio" y sobre su tradición de visitar las cárceles afirmó que "es un deber que le sale del corazón".