Las fuertes lluvias caídas en Francia en los últimos días, que provocaron que el Sena alcanzara su mayor nivel desde 1982, mantienen en alerta 14 departamentos del país, donde se espera una decrecida lenta y progresiva de las aguas.
Esos 14 departamentos, según el servicio de meteorología Météo France, se encuentran en alerta naranja, que obliga a la población a aumentar su precaución por el riesgo meteorológico existente y cierto grado de peligro para las actividades usuales, pero ninguno ya en roja, la máxima prevista.
REUNIÓN
El primer ministro francés, Manuel Valls, reunió en el Ministerio del Interior a las administraciones y servicios públicos implicados en la gestión de las inundaciones para evaluar la situación de las zonas todavía afectadas y la vuelta a la normalidad en aquellas donde ya ha comenzado el descenso.
En el encuentro, según indicó su gabinete, participan entre otros los titulares de Interior, Bernard Cazeneuve; Medio Ambiente, Ségolène Royal; Economía, Emmanuel Macron, y Agricultura, Stéphane Le Foll. En la noche del 3 de junio, según la estación de medición de Austerlitz, en el corazón de la capital francesa, el Sena registró un pico de 6,09 metros, el mayor desde 1982 (6,18), pero todavía lejos de los 8,62 de la gran inundación de 1910.
Royal indicó ayer que la decrecida en París va a ser lenta hasta mañana y después se va a acelerar, y expresó su intención de que se aumente el dispositivo de seguridad previsto para estos casos, incluyendo en el mismo métodos tradicionales de alerta como las sirenas o las campanas de las iglesias.
El temporal de la última semana, calificado por el presidente, François Hollande, de "verdadera catástrofe", ha causado cuatro muertos, 24 heridos y gastos materiales que, según las primeras estimaciones, podrían superar los 1.000 millones de euros.