Las tropas españolas desplegadas en Afganistán salen del país asiático tras casi 14 años de misión, la más larga, costosa y con el mayor número de fallecidos. Tras el arriado de bandera en la base de Herat, en un acto presidido por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, permanecerán en Kabul una veintena de efectivos, apoyando a la formación de las instituciones vinculadas a la defensa del Gobierno afgano.
El último contingente está formado por más de 460 militares, hasta hoy en Herat y que se replegarán ahora a España, y que han trabajado para la operación Resolute Support de la OTAN, que comenzó oficialmente el 1 de enero de 2015 en sustitución de la ISAF, la Fuerza Internacional de Seguridad y Asistencia, también de la Alianza, en apoyo del Gobierno afgano.
Desde que en enero de 2002 llegaron los primeros 350 militares a Kabul, más de 18.000 han pasado por Afganistán, una misión en la que han muerto 96 militares, dos guardias civiles y dos intérpretes y ha costado unos 3.700 millones de euros.
La de Afganistán es la misión que más vidas ha costado a España, seguida de la misión de Bosnia-Herzegovina, con 23 muertos.
También es la primera misión donde las tropas españolas han sufrido un atentado suicida.
La Resolute Support, que obtuvo la autorización parlamentaria el 18 de diciembre de 2014, tiene como objetivo proporcionar entrenamiento, asesoramiento y asistencia a las instituciones de seguridad afganas, hasta que éstas puedan hacerse plenamente cargo de los cometidos asignados sin apoyo internacional.
Las fuerzas de la OTAN están presentes en las diversas regiones del país y, posteriormente, la presencia se reducirá a Kabul.
España contribuye manteniendo su participación en el Cuartel General de la misión en Kabul y en la provincia de Herat donde, coincidiendo con el inicio de la Resolute Support, cedió a Italia el mando de la base después de casi diez años al frente de la misma.