El periodista Manuel Erice, corresponsal del diario ABC en Washington, explica que "la llave de la era Trump es la negociación con los republicanos" y también las elecciones de medio mandato "si los demócratas son capaces de (ganarlas y) controlar el Congreso".
El veterano periodista explica en una entrevista con Efe que su libro "Trump el triunfo del showman" (Editorial Encuentro) pretende ofrecer las claves al lector para que entienda y pueda interpretar lo que "está pasando" con el fenómeno originado por el nuevo presidente estadounidense.
Al abordar la campaña electoral recuerda que "la disputaron los dos candidatos más rechazados de la historia reciente" de Estados Unidos.
"A Hillary Clinton (candidata demócrata) había dos tercios de los estadounidenses que no le creían y a Trump al menos la mitad de los americanos", aclara para matizar la repercusión de las mentiras en esa competición electoral.
"Trump utilizó medias verdades, lo sigue haciendo, -puntualiza- y también la mentira, igual que su rival. Hay que decirlo claramente, los dos mintieron durante la campaña. Lo que pasa es que tenía esa especie de cheque en blanco que tienen todos los candidatos nuevos, populistas que vienen de otro lugar que no es la política", aclara.
En su análisis del discurso político de Trump admite que "hoy importa menos la verdad que antes".
"Hay que diferenciar el mensaje de la realidad", explica al abordar ese discurso que es un "mensaje básico, esencial de toda la campaña, a partir del que logra la victoria, que es absolutamente de ruptura, antisistema, antiestablishment".
Subraya que son eslóganes dirigidos "a su gente" como la famosa frase "drenar el pantano" al referirse a los políticos de la capital estadounidense donde recuerda es "el primer candidato republicano de la historia reciente que consigue la victoria en las primarias contra su propio partido".
"Y a pesar de eso gana la elección", recuerda Erice quien describe al gobernante como un "jugador con alma de niño".
De la "guerra abierta" con los medios de comunicación, Erice entiende que "va a marcar su mandato".
En su opinión, Trump "sabe perfectamente qué hace y porqué lo hace" y menciona "los insultos a los mexicanos o el anuncio de la construcción del muro" como ejemplos "tanto en la forma y el fondo".
"Trump no es improvisación. Lo que hace desde el minuto uno es (captar) la atención mediática y lo que más busca es la atención televisiva", aclara.
"Luego también la de twitter y las redes sociales", puntualiza.
"Es lo que le da notoriedad. Gracias a las televisiones" que -enfatiza- le facilitaron una cobertura con un "valor publicitario en las primarias de casi 2.000 millones de dólares".
Pero "hay una segunda parte -prosigue- que no son solamente las televisiones, también los periódicos contribuyen a engordar el monstruo"."
Y es cuando "dice Obama" que Trump puede ganar "gracias a los medios", cuando precisamente estos "cometen algunos excesos, incluso periódicos serios como el New York Times o el Washington Post, para intentar frenar a Trump".
"Esa guerra está marcando el mandato", reitera Erice.
El corresponsal, que narra en el libro sus peripecias de la cobertura electoral, insiste en que se "aproxima la segunda gran batalla" mediática.
"Trump es Trump, es un populista a la americana", explica para advertir de que "en la guerra abierta, las espadas están en alto" y rememora cierto "paralelismo" con el defenestrado Richard Nixon.
Aventura que en este escenario los medios pueden lograr "recuperar su credibilidad y volver a ser importantes" y destaca que los grandes conglomerados empresariales de la era internet como Google, Facebook o Twitter como "distribuidores de las fake news o noticias falsas como las llaman, tienen una responsabilidad".
Estas compañías "han reaccionado después de la campaña electoral", aunque añade "echo de menos una asunción de responsabilidad" de los medios tradicionales "con una autocrítica de verdad de los periódicos serios, más profunda, por sus excesos".
En su análisis del futuro inmediato de la Administración Trump señala el protagonismo del director de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, como "enlace del republicanismo del Congreso" dentro de los "tres vectores que están gobernando Estados Unidos".
En ese "núcleo duro" sitúa a Steve Bannon, su "ideólogo que le dio el mensaje" y a su "equipo de Gobierno" y "aunque él lo ha elegido puede ocurrir que no llegue a influir suficientemente en el círculo".
Trump va a "gestionar Estados Unidos como una empresa", resume Erice.