El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, confirmó hoy que "gente dentro de las FARC" ayudó a la "impecable" operación militar del viernes en la que murió "Alfonso Cano", alias del jefe máximo de esa guerrilla.
Odiseo fue "una operación que se inició alrededor del 15 de octubre (...), con inteligencia de diferentes fuentes, con la colaboración de gente dentro de las FARC", aseguró Santos en Popayán, la capital de la región en la que murió el líder insurgente.
Así, "nuestras Fuerzas Armadas fueron planeando lenta, pero seguramente, lo que ayer (el viernes) ejecutaron de forma impecable", agregó el gobernante durante una rueda de prensa en una guarnición militar de esa ciudad, a la que viajó a primera hora de hoy.
Santos, quien reconoció haber llorado al conocer esta noticia, reiteró que "la puerta del diálogo no está cerrada con llave", pero insistió en que las FARC deben dar muestras claras de paz como que "cese el terrorismo".
"Si nos muestran esa voluntad, de llegar a un acuerdo, ese diálogo podría darse, mientras tanto, seguiremos insistiendo en el camino militar", remarcó el presidente.
Sobre la veintena de secuestrados que aún están en poder de esta guerrilla, dijo: "no los hemos olvidado un solo momento", y aseguró que el Gobierno seguirá "haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para su liberación.
Santos reiteró que "éste es el golpe más importante contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Muchos analistas han dicho que si se le daba de baja a Alfonso Cano, este era irremplazable. Por eso la importancia del golpe".
Y aprovechó para volver a decir que "es el momento de desmovilizarse", porque de lo contrario, a los integrantes de las FARC, "les espera una tumba".
El presidente informó de que los combates del Ejército contra las FARC siguen "en todo el país", pero alerto que "no es el momento del triunfalismo".
"No vamos a bajar la guardia, lo sucedido hace redoblar nuestros esfuerzos por conseguir la paz", matizó Santos.
Por último, Santos reconoció que derramó "una que otra lágrima" al conocer la muerte del máximo líder de las FARC: "de eso fue testigo mi señora", concluyó
LAS FARC DESCARTAN QUE LA MUERTE GENERE LA DESMOVILIZACION
Por su parte, Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) descartaron hoy que la muerte de "Alfonso Cano", alias de su comandante en jefe, lleve a la paz por la vía de la desmovilización de los insurgentes.
"La paz en Colombia no nacerá de ninguna desmovilización guerrillera, sino de la abolición definitiva de las causas que dan nacimiento al alzamiento", notificó el Secretariado o mando central rebelde en un comunicado difundido por su sitio en Internet.
"Hay una política trazada y esa es la que se continuará", advirtió la jerarquía guerrillera, conformada por siete mandos que tenían desde mediados de 2008 a "Cano" como jefe máximo.
"Cano", antropólogo de 60 años y con casi cuatro décadas de trayectoria rebelde, sucedió al fundador y hasta entonces único mando máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "Manuel Marulanda Vélez" o "Tirofijo", alias de Pedro Antonio Marín, que murió casi octogenario, de una crisis cardiaca.
Según el mando rebelde, "no será esta la primera vez que los oprimidos y explotados de Colombia lloran a uno de sus grandes dirigentes. Ni tampoco la primera en que lo reemplazarán con el coraje y la convicción absoluta en la victoria".
"La única realidad que simboliza la caída en combate del camarada Alfonso Cano es la inmortal resistencia del pueblo colombiano, que prefiere morir antes que vivir de rodillas mendigando", sostuvo el Secretariado.
Con el líder rebelde "ha caído el más ferviente convencido de la necesidad de la solución política y la paz" en Colombia, continuó el mando de las FARC, organización en armas desde 1964.
"Cano" murió el viernes por la noche en una zona montañosa del departamento suroccidental del Cauca, acorralado en las fuerzas de seguridad, mediante una gigantesca operación por tierra y aire.