El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, calificó hoy el reciente vertido tóxico al oeste de Hungría de "grave catástrofe medioambiental" y elogió la rápida respuesta de las autoridades locales. Barroso se reunió este martes en Pécs, al sur de Hungría, con el primer ministro magiar, Viktor Orbán, con el que analizó la situación en la zona del desastre.
Un millón de metros cúbicos de "barro rojo", una sustancia altamente tóxica procedente de una fábrica de aluminio, se derramaron el pasado día 4 de octubre, en una catástrofe que causó ocho muertos y unos 150 heridos.
Barroso, quien se encuentra en Pécs en una reunión de rectores universitarios de Hungría, dijo que "realmente sucedió una grave catástrofe medioambiental", informó la agencia de noticias MTI. "Reconocemos el trabajo rápido de las autoridades húngaras", aseguró el presidente de la Comisión Europea después de entrevistarse con Orbán, al tiempo que aseguró que Bruselas apoya los esfuerzos húngaros de todas las formas posibles.
CONCLUYEN LAS OBRAS DEL NUEVO DIQUE DE CONTENCIÓN DEL LODO TÓXICO
Paralelamente, las obras del nuevo dique de contención para proteger del lodo tóxico a las localidades húngaras de Kolontár y Devecser concluiyen este martes, según fuentes de Protección Civil húngara (OKF). Tibor Dobson, coordinador de OKF, explicó que "hasta el fin de semana seguramente no podrán regresar (a su domicilio) los habitantes a Kolontár", evacuados tras la rotura de una presa que contenía barro altamente corrosivo procedente de una fábrica de aluminio cercana.
Kolontár, en al oeste de Hungría, fue el poblado más afectado por el derrame el 4 de octubre de "barro rojo" y el levantamiento del nuevo dique de contención tiene por objetivo desviar una posible segunda riada del material corrosivo restante en el reservorio.
El muro de unos 1.500 metros de largo tendrá una anchura de 25 metros y cinco metros de altura y está compuesto por unas 40.000 toneladas de rocas transportadas con camiones de gran tonelaje.
Las autoridades húngaras dan por seguro que ocurrirá un segundo vertido, aunque el "barro rojo" restante es menos fluido por lo que apenas se desplazará unos mil metros de la balsa.
La portavoz de OKF, Györgyi Tüttös, explicó hoy a Efe que las grietas detectadas en el muro norte del dique de la represa no han aumentado desde hace varios días, lo que indicaría que ha disminuido el peligro de un nuevo vertido.