Hugo Chávez ha convertido Venezuela en un estado narcotraficante. Es la denuncia de un ex alto magistrado de su Tribunal Supremo, ahora exiliado. Ha alertado a la Agencia Antidroga de EE.UU. de la existencia en Caracas de una red controlada por el Ejército, tutelada por el presidente Chávez y conectada con las FARC colombianas.
El juez Aponte, ex presidente de la Sala penal del Tribunal Supremo venezolano, convertido en delator de la corrupción del gobierno de Chávez. Tras caer en desgracia y huír a Costa Rica, declara ante la DEA e implica por primera vez al presidente Chaves.
Durante años Aponte fue testigo y cómplice de una estructura de narcotráfico incrustada en el aparato del Estado.
Controlada por el Ejército, tutelada por Chávez y amañana por la justicia, Aponte se reunía con la cúpula política y militar para amañar juicios contra opositores y para salvaguardar la impunidad de los narcogenerales, el llamado cartel de los soles.
El jefe de la Inteligecia militar informaba al presidente del lucrativo negocio de estupefacientes, conectado con las FARC colombianas.
Venezuela se ha convertido en plataforma de envío de drogas a Estados unidos, Europa y nuevas rutas a África.