El déficit del conjunto de las administraciones públicas, excluyendo a las corporaciones locales, alcanzó los 27.273 millones de euros entre enero y agosto, lo que supone el 2,34% del PIB, un 27,6% menos que hace un año, mientras que el del Estado se redujo un 1,17%, hasta los 17.028 millones, el equivalente al 1,46% del PIB, según los datos de ejecución presupuestaria publicados este martes por el Ministerio de Hacienda.
El descenso del déficit del Estado al 1,46% del PIB supone una ratio inferior en 1,17 puntos al nivel del año anterior, cuando se situó en el 2,63% del PIB, y es el resultado de unos ingresos que aumentaron un 5% interanual y unos gastos que disminuyeron un 3,9%.
En la evolución del déficit del Estado debe tenerse en cuenta la liquidación del sistema de financiación de las administraciones territoriales de 2015 efectuada en julio, que ascendió a 9.262 millones de euros, 602 millones más que la liquidación efectuada el año pasado. Excluyendo el efecto de la liquidación en ambos años, el déficit del Estado hasta septiembre caería un 39,5% interanual, situándose en el 0,67% del PIB, frente al 1,16% del año anterior, mientras que sin contar el gasto por intereses, el Estado presentó hasta septiembre un superávit primario del 0,22% del PIB, frente al déficit primario del Estado del 0,76% registrado en el mismo periodo de 2016.
En cuando al déficit público hasta agosto, la Administración Central registró un déficit de 21.305 millones de euros, lo que equivale al 1,83% del PIB, excluyendo la ayuda financiera.
Dentro de la Administración Central, el déficit del Estado hasta agosto sumó 21.495 millones, el 1,84% del PIB, mientras que los organismos autónomos de la Administración Central registraron un déficit del 0,02% del PIB.
De su lado, las comunidades autónomas registraron un superávit de 1.366 millones hasta agosto, frente al déficit de 852 millones registrado en el mismo periodo de un año antes. Esto supone un superávit del 0,12% del PIB, frente al déficit del 0,08% del mismo periodo de 2016.
En el caso de Madrid, se roza la estabilidad presupuestaria.