El G-20 avanza en el establecimiento de un fondo de rescate dirigido a la eurozona, cuyo monto ascendería a los 2 billones de dólares (1,5 billones de euros). Aunque Alemania aún se opone, la mayoría de los gobiernos de la eurozona están a favor de esta medida que implica la fusión del Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés), de carácter temporal, y del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (ESM), de corte permanente.
Fuentes oficiales han asegurado que se están registrando progresos en las reuniones debido a que Alemania está suavizando su oposición a un incremento del fondo de rescate europeo. El G-20 pretende concluir este fin de semana en Ciudad de México un programa que convenza a los mercados financieros de que este foro puede prevenir la profundización de la crisis en Europa y, por ende, minar la recuperación de la economía global.
No obstante, el G-20 exige a Europa que, primero, refuerce sus fondos de financiación para, después, el foro invierta más dinero en el Fondo Monetario Internacional (FMI), si bien esta idea no goza del respaldo de Alemania.
El 'quid' de la oposición germana, de acuerdo con un responsable gubernamental presente en las conversaciones del G-20, reside en su disposición a impulsar un cortafuegos en la próxima cumbre de Unión Europea (UE) en marzo y por la mejora de la situación de los mercados financieros durante las últimas semanas. Asimismo, Alemania esgrime que un fondo de rescate más voluminoso eliminará la presión sobre aquellos países endeudados en la promulgación de medidas de austeridad y reformas económicas.
REACCIONES
"Toda la zona euro y hasta la UE está realmente contento con la idea de combinar el ESM y el EFSF, incluso Alemania, pero es demasiado pronto para decir que así se hará en la cumbre de la UE a comienzos de marzo", ha argüido la ministra de Economía de Dinamarca, que preside la UE, Margrethe Vestager.
En este sentido se ha pronunciado su homólogo germano, Wolfgang Schäuble, que justifica la posición de Alemania por su temor a que la raíz de los problemas europeos no haya sido tratada suficientemente. "No tiene ningún sentido económico seguir una serie de propuestas que trivializarían el interés de riesgo en la eurozona, ni meter más dinero en los fondos de rescate, ni pedir al Banco Central Europeo que imprima más dinero", ha argumentado Schäuble.