La actriz y cantante adolescente Selena Gómez ha derrochado energía y sensualidad en su primera, y única, actuación en España dentro de su gira "Stars Dance", donde un aforo casi completo de "selenators" ha recibido cada movimiento de sus caderas entre aplausos, gritos y mensajes de apoyo.
Ni luces de colores ni grandes escenografías. La simple presencia de Gómez ha sido suficiente para conquistar los corazones de los cientos de seguidores que se han congregado en el Palacio de Vistalegre de Madrid para brindar su cariño a una de las promesas más brillantes del panorama musical estadounidense.
Gómez (Texas, 1992) se ha presentado por fin en España con un estilo diferente, más maduro y atractivo, en la que es su primera gira como solista, tras abandonar la agrupación Selena Gómez & The Scene, cuyas canciones también han dotado de ritmo y energía la actuación de esta noche.
Considerado por muchos el tour más esperado de su carrera, "Stars Dance" ha marcado el inicio de una nueva etapa como artista con la que Gómez ha tratado de abandonar su etiqueta de "chica Disney" sin renunciar a los valores de una feminidad innata, una mezcla explosiva con la que ha logrado su primer número uno en las listas de ventas.
"Habéis escrito vuestro nombre en mi corazón", ha dicho Gómez al iniciar su actuación tras agradecer a todos sus seguidores que se hayan reunido con ella en su primera aventura en solitario.
Dos cambios de vestuario han divido la actuación de Gómez entre la Selena más pura y la guerrera más potente. Ataviada de blanco, la estadounidense ha atacado un escenario que se presentaba discreto y que, sin embargo, ha sabido llenar con coreografías dinámicas y el vuelo de su oscura melena.
Acompañada únicamente de dos bailarinas, a modo de "gogós" esporádicas, la voz definida de Gómez ha destacado ante un escenario pobre y frío, muy distinto al de los grandes espectáculos que acostumbran las divas contemporáneas.
Tan solo el constante cambio de géneros musicales, desde el "dubsteb" hasta el "dancehall", sello de identidad de su último álbum de estudio, y el juego estético con una silla en la canción de "Birthday" han roto con la monotonía de un espectáculo de hora y media que, en ocasiones, ha pecado de insípido.
Una pequeña pantalla ha hecho viajar a los asistentes por los sueños de su artista preferida, que ha contado su historia y mandado mensajes a sus seguidores mientras se oscurecía su vestuario, transformado después en cuero negro para interpretar sus canciones más combativas.
Baladas como "Love will remember" y una serie de versiones armoniosas como "Dream" o "Royals", se han contrapuesto a las canciones más rápidas y eléctricas de Gómez, con las que ha reptado por el suelo, obviando la vulgaridad con sensuales movimientos que han eclipsado a un público entregado con agresivos alaridos.
De este modo, Gómez ha sido capaz de transmitir un aura de paz y serenidad a sus admiradores, demostrando que no es necesario caer en las polémicas ni en pomposos decorados para ser una artista reconocida.
"Quiero daros las gracias por confiar en mi", ha dicho Gómez con la mano en el pecho para dar paso a su canción "Who says", que ha sido recibida por sus seguidores con pancartas de respeto en las que se leía: "Eres perfecta".
"Come & Get it" y "Slow down" han puesto el punto y final a una de las actuaciones más eléctricas, agitadas y provocativas que Selena haya hecho jamás, una cantante que ha sabido combinar el movimiento de su cuerpo con la calidez de su voz sin caer en los tópicos de la adolescencia actual.
Gómez, que conoció el éxito por su papel protagonista en la serie infantil de Disney Channel "Los magos de Waverly Place" y que ha vendido ya más de diez millones de discos, llevará su música a numerosas capitales europeas como Milán, Viena, Moscú y Kiev durante este mes de septiembre para después regresar a Estados Unidos, donde la tejana concluirá la que ha sido, sin duda, la gira más exitosa de su carrera.