El salón del cómic se llena de "especies extrañas"

  • "Cómics en guerra" incluye medio millar de originales con algunas de las mejores viñetas

El Salón del Cómic reúne en Barcelona a miles de aficionados deseosos de comprar, conseguir las firmas de sus autores favoritos o exhibirse y dejarse fotografiar vestidos como sus personajes preferidos.

Este año el salón dobla su superficie de 19.000 a 33.000 m2 y eso se nota. Unos cuantos Batman -el hombre murciélago cumple 75 años y el salón dedica una exposición- tienen problemas para dar un sólo paso, y no por lo que les pesa el disfraz, sino porque a cada instante la chavalería (y otros más talluditos) se les acercan para inmortalizar el momento con sus móviles.

Dentro del universo del "Caballero oscuro" se mueven Carla, Andrea y Carmen, tres amigas de Barcelona de 24, 25 y 28 años, que para la ocasión se han convertido, respectivamente, en Harley Queen, Poison Ivy y Catwoman, personajes salidos de la serie creada por Bob Kane y Bill Finger.

CÓMICS EN GUERRA

La exposición "Cómics en guerra" que incluye medio millar de originales con algunas de las mejores viñetas del género bélico, acompañadas de varios sets decorados con vehículos militares y medio centenar de figurantes vestidos con ropa militar está siendo otro polo de atracción para los amantes de las instantáneas bizarras.

¿La razón?, no todos los días se puede ver a un miliciano de la Guerra Civil española haciéndose una foto con la princesa Leia, delante de un impresionante tanque, o al Joker hablando tranquilamente con un soldado del Ejército norteamericano sentado en un jeep. Puro surrealismo pop.

El salón se ha convertido desde hace años en una plataforma ideal para el lanzamiento de futuros estrenos cinematográficos de películas sobre todo de género de ciencia ficción o aventuras como demuestran los gigantescos estands dedicados a promocionar la nueva "Godzilla" o "Al filo del mañana".

En el de esta última, protagonizada por Tom Cruise, los visitantes al salón pueden conseguir algunos productos de merchandising, pero para ello tienen que sudar y demostrar que están en forma haciendo flexiones ante una cámara que cuenta cada una de ellas.