El empresario Kike Sarasola ha escrito su primer libro, en el que aporta una buena dosis de optimismo, consejos "prácticos" para arriesgarse en los negocios y en el que asegura que no hay que "morir de éxito", sino "trabajar mucho" para que una empresa prospere.
"Más ideas y menos másters" (Ed. Temas de Hoy) es el título con el que se ha lanzado al mercado editorial el propietario de la cadena de hoteles Room Mate, cuya facturación ha crecido en 2012 entre un seis y un siete por ciento respecto al año anterior. "El 65% de los ingresos -precisa- vienen de fuera de España".
"Somos una empresa que también sufre la crisis, aunque nos está yendo bien", comenta Sarasola en una entrevista a Efestilo, una circunstancia que atribuye al trabajo en equipo "de más de 500 personas volcadas en el cliente. El servicio en época de crisis es lo que marca la diferencia".
"DORMIR, DESAYUNAR Y DUCHARSE"
Su objetivo es ofrecer una relación calidad-precio, "un lujo asequible" y un concepto de negocio muy claro: "dormir, desayunar y ducharse".
Entre sonrisas recuerda que, cuando era niño, jugaba al "Monopoly" con pasión: "compraba y vendía hoteles sin parar", dice ahora, pasado el tiempo.
Le encantaría haber estudiado más, "haber hecho másters. No estoy en contra de ellos, pero se me cruzó una idea en el camino y la perseguí", destaca.
"No hay que tener diez másters para salir al mundo real. Son buenos, pero las ideas también y lo que me gustaría es que se fomentara a los emprendedores, que son los que crean puestos de trabajo", ha añadido Kike Sarasola.
El empresario pone en valor el fracaso, como una buena forma de ser "capaz de aprender de los errores" y de no rendirse, y comenta que él mismo es un ejemplo de ello, con "dos empresas fracasadas" en su curriculum.
DESCARTA HABLAR DE ÉXITO
A pesar de que la suerte juega una baza importante en los negocios, hace suya una frase de Picasso: "Creo mucho en la suerte, pero a mi siempre me cogió trabajando". "La suerte -dice- es importante, pero hay que trabajar, no dura toda la vida", y reconoce que hay muchas variables en el día a día que pueden frustrar un negocio.
Descarta hablar de éxito, "me da vergüenza, no me gusta" esa palabra, dice quien trabaja "mucho, siete días a la semana". "Todos los días empiezo de cero", apunta.
Sarasola recomienda a todos los emprendedores utilizar el "sentido común", y les invita a realizar un ejercicio de empatía con sus clientes. "¿Te comerías la tortilla que ofreces?", ha preguntado en alguna ocasión en un restaurante.
El deporte -Sarasola ha sido en varias ocasiones jinete olímpico- le ha inculcado "disciplina, sacrificio y humildad", algo fundamental para enfrentarse a la vida y los negocios, entiende quien se considera un privilegiado por haber nacido en su familia, si bien le han "exigido" muchas cosas, advierte.
De la misma manera que cuando era jinete le asaltaba el "miedo" en la competición, también en los negocios aparece el pánico, pero lo vence trabajando "duro". "Me deja sin dormir pagar los sueldos de mis empleados", afirma Sarasola.
En Florencia, su cadena de hoteles acaba de inaugurar dos, y en junio, lo que califica como su "buque insignia" y que se llamará "Aitana", abrirá sus puertas en una isla flotante en Amsterdam. Un proyecto especial por ser el establecimiento más grande y por llevar el nombre de su hija.
Su máxima, "¡atrévete a hacer cosas!", le mueve a solicitar "que entre todos podamos buscar fórmulas para que la gente pueda emprender negocios". Él ha empezado por donar los beneficios de este libro para financiar el proyecto de un emprendedor, una iniciativa que se plasma en la web www.startup-kike.com.