Andrés Suárez actuará este sábado ante 10.000 fans que llenarán el Palacio Vistalegre de Madrid (ya no quedan entradas) en el fin de gira de Moraima, el quinto disco de estudio de este cantautor gallego (Ferrol, 1983) que hace ya casi diez años se plantó en Madrid con el único equipaje de sus canciones desnudas.
"Yo creo más en mis canciones que en mí. Si no creyera en mis canciones no habría viajado hasta Madrid para tocar en el Metro. Soy de Ferrol, soy muy cabezón, y creo que si trabajas duro puedes llegar a conseguirlo. Si puedes soñarlo puedes hacerlo", recalca a Europa Press, asegurando, además, que los cantautores están ahora "más fuertes que nunca".
A este respecto, recuerda que "en los noventa" él iba al colegio con su padre conduciendo y escuchando en la radio a Pedro Guerra, Tontxu, Ismael Serrano y Javier Alvarez. "Eso desapareció de los medios y nos fuimos a los bares, donde nos rehicimos. Estamos en los locales y la gente lo sabe y va a buscarlo", recalca al reflexionar sobre su éxito, sin duda enorme a pesar de no sonar en esos grandes medios.
Esto lleva a Andrés a afirmar que "el boca a boca es la mayor super potencia y la fuerza más bruta", porque ahora "si haces un bolazo en un local para 50 personas se pueden convertir en 50.000 con las redes sociales".
Además, agrega que "el poder está en la calle y en el pequeño local", y subraya que los cantautores les están "dando una lección a las grandes super potencias discográficas".
VISTALEGRE IMPONE MUCHO
Después de haberse fogueado durante los últimos quince años en todo tipo de locales y ante todo tipo de públicos, el músico afronta este sábado el recital por ahora más crucial de su trayectoria. "Son como muchos Libertad 8 juntos. Todos los conciertos son importantes, pero Vistalegre impone mucho. Pero lo llevo muy bien, porque mi gran pánico es estar meses alejado de los escenarios y del público", apunta.
El concierto de este sábado sirve para cerrar una etapa, la protagonizada por su disco de 2013 Moraima, cuyo éxito le ha llevado incluso a perder la cuenta de las actuaciones realizadas. "Soy el mismo que cuando me vine a Madrid para tocar en el Metro. Yo lo que hago es cantar y cantar. La clave del éxito de este disco puede ser su sinceridad", apunta.
"Trabajo en algo que no tiene explicación y, si lo encontrara, qué pena. Sería una lástima tener la clave del éxito, prefiero tener estos nervios y seguir viviéndolo", señala, al tiempo que añade que el público "no es imbécil, selecciona mucho qué comprarse y a qué concierto ir". "Como no des el 200 por ciento, no cuela", sentencia.
"QUIERO GRABAR NUEVO DISCO"
Teniendo en cuenta la pasión con la que Andrés vive su profesión, que es su vida, no resulta extraño que desvele con una leve sonrisa que ya quiere grabar un nuevo disco, para el que tiene "40 nuevas canciones, un montón de tragedias", y que podría ver la luz antes de mitad de año (al menos si por él fuera).
"Me voy a Galicia, paro quince días y me entra la ansiedad porque yo siempre estoy tocando. Quiero recapitular, memorizar todo lo que ha pasado de manera tan fugaz. Tengo ganas de volver al pulpo de mami y asimilar mi norte, en casa, como siempre. Pero con un mes de descanso es más que suficiente, y después a grabar, dos cafés y a la carretera", subraya.
Y así, en esa actividad constante, recuerda Andrés Suárez que él viajó hasta Madrid para llevarse "la vida por delante", al tiempo que añade que todavía está "empezando". "Serrat, Milanés o Aute, ellos sí pueden decir que han cantado. Cuando uno piensa que ha vivido mucho va en un tren y se enamora en cinco minutos", concluye entre risas al caer en la cuenta de que esta ciudad tiene una línea de Metro circular. Infinita, por tanto, como la vida misma.