Asfalto celebra 45 años en el panorama del rock español y, coincidiendo con este aniversario, publica Crónicas de un tiempo raro, un disco con temas que son "fotografías" contemporáneas para demostrar que la banda "no es para nostálgicos" y "sigue viva", como explica a Efe su fundador, Julio Castejón.
"Asfalto no es un grupo para nostálgicos. Es un nombre antiguo, pero no es un grupo viejo. Es un ente vivo, que a lo mejor, ojalá, llega a sobrevivirme a mí", ha reivindicando hoy el veterano cantante de la agrupación fundada en 1972 y que el 3 de febrero publica su álbum "Crónicas de un tiempo raro".
Un nuevo trabajo que "hace crónica de un tiempo", en la línea de la banda que ahora conforman él mismo, Nacho de Lucas, Arturo García, Pablo Ruiz y Paul Castejón, aunque en esta ocasión se evidencia en el propio título del álbum y no solo en las temáticas de las canciones.
Temas que hablan desde la violencia machista -"Melani", el single del disco-, hasta la "frustración de gente que se ha preparado, que ha estudiado sus carreras y que al final no puede ejercerlas, que se ve desesperanzada", o de la soledad "autoimpuesta" en las grandes ciudades, según el cantante.
Otro de los sencillos del álbum, "15 rosas negras", está dedicado, dice Castejón, "a aquellos emigrantes que fueron tiroteados en la playa El Tarajal (Ceuta), asesinados en nombre de la civilización occidental".
Una idea arrojada desde su percepción de vivir en una sociedad que le parece un tanto "anestesiada", un "problema severo a nivel mundial", que Asfalto retrata con el tema que da nombre a "Crónicas de un tiempo raro".
Sobre esta canción, Castejón dice que habla de "qué ha pasado de aquello que esgrimíamos de 'La inteligencia al poder'. ¿Dónde ha quedado? Queríamos la democracia y ya la tenemos, y ahora, cuando votamos, ponemos a los tontos arriba", explica con ironía.
El músico habla desde la experiencia alimentada en los escenarios desde los 18 años, la que le llevó a formar Asfalto hace 45 y la que le ha convertido en el único de los miembros de la agrupación que sigue tras esa "marca" desde los inicios.
La música que ellos hacen, ya sea con bases muy rockeras o de repente con una orquesta sinfónica, con una sutil guitarra acústica o un saxofón, hay que paladearla, explica, porque "no soporta muy bien el ruido" y "te exige que la mires a los ojos" para poder disfrutar de todos sus matices y texturas.
De todas esas tonalidades y gamas de su repertorio podrán disfrutar todos aquellos que asistan al concierto que dará la banda en La Riviera de Madrid, el 4 de febrero, un día después del lanzamiento del disco.
"Nosotros seguimos vendiendo discos porque hay gente que los tiene todos y no se quieren perder este. Eso nos salva, porque hoy en día no vende discos nadie", se lamenta, aunque añade, orgulloso, que la "gente vende éxitos" y ellos "venden realidad".