"Es una puesta en escena vieja, de 1982, pero sigue estando viva y eso es una noticia sensacional", así califica el director de escena Karl-Ernst Herrmann su propuesta de la ópera de Mozart La Clemenza di Tito, que el sábado regresa al Teatro Real tras ser programada en 2012 por Gerard Mortier.
Precisamente ha sido el nombre de Mortier, director artístico del coliseo madrileño de 2010 a 2013, uno de los más recordados durante la presentación de esta ópera que se representará en el Teatro Real del 19 al 28 de noviembre, exceptuando el martes 22.
Y es que, como ha recordado el propio Herrmann, que dirige esta ópera junto a su esposa Ursel, Mortier cambió el rumbo de sus vidas: "Puedo afirmar que nosotros sin Mortier no seríamos directores de escena porque yo soy escenógrafo, y esto ha sido gracias a él".
Así, y con un "amor en común" por esta ópera de Mozart, el matrimonio alemán volverá a ver cómo se levanta el telón del Real para la representación de esta propuesta procedente del Festival de Salzburgo y que llega precedida por el éxito que la acompañó en su presentación en Madrid en 2012.
En palabras de su esposa, la puesta en escena que se podrá ver a partir del sábado no será "fiel" ni a la historia en la que se sucede la creación de Mozart, ni tampoco a la "modernidad".
"Lo que hemos intentado con el espacio y el vestuario es crear un ambiente en el que destaquen las emociones. Es un espacio abstracto, muy luminoso, donde lo que pasa, pasa a través de los personajes, no hay distracción", ha matizado Ursel Herrmann.
Así, Ursel y Karl-Ernst Herrmann han concebido un espacio escénico desnudo, blanco y luminoso que consigue realzar el conflicto de pasiones que teje el argumento que versa sobre la historia del emperador Tito, un hombre recto y justo, pero también clemente, capaz de perdonar a su amigo íntimo, Sesto, y a su prometida, Vitellia, que habían intentado asesinarle.
Escrita con motivo de la coronación de Leopoldo II como rey de Bohemia, y estrenada el 6 de septiembre de 1791 en el Teatro Nacional de Praga horas después de la ceremonia, en esta ocasión contará con la dirección musical del director Christophe Rousset, que se colocará frente a un doble reparto y el Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real.
En este sentido, Rousset ha calificado esta composición de "obra maestra" y ha destacado la "firma emocional" que imprimió Mozart ya que todos los papales tienen una "psicología muy particular": "Se entiende no sólo por lo que dicen, sino también por la música que da colores y emociones al discurso. Esta música tiene algo de místico".
Al frente de estos papeles estarán, alternándose, los tenores Jeremy Ovenden y Bernard Richter (Tito); las sopranos Karina Gauvin y Yolanda Auyanet (Vitellia); las mezzosopranos Monica Bacelli y Maite Beaumont (Sesto) y las sopranos Sylvia Schwartz y Anna Palimina (Servilia). La clemenza di Tito fue la última creación del compositor de Salzsburgo, pero no en ser estrenada, pues unos días después, el 30 de septiembre, vio la luz "La flauta mágica".