Un par de banderillas de 'El Chano' en el segundo, tan soso y descastado como sus hermanos. Y otro par de Manuel Montoya en el sexto, fueron mucho entre la nada que ofrecieron los de El Vellosino.
Por eso, lo poco fue mucho en la segunda de San Isidro. Lo poco, que fue lo que le duró a Miguel Abellan el primero de su lote, al que citando de largo, lució el torero de Usera. Dándole distancia, aprovechando su inercia. Una, dos tandas con la diestra que supieron a poco y que fueron mucho, pues por su falta de casta se acabó muy pronto...
Y gracias, pues con el Boyancón quinto ni eso le pudo sacar de provecho. Silencio en los dos.
Poco, que fue mucho, la movilidad del sexto, que con la cara alta, sin clase y media casta se quería ir. Con semejante ejemplar, Ruben Pinar lo intentó hasta robarle una tanda, cambiado incluído, que resultó ser lo más lucido de la tarde.
Y gracias, pues con el deslucido tercero nada pudo hacer. Silencio y ovación con saludos.
Y poco, que fue mucho, por las ganas y voluntad de Uceda Leal, que escuchó silencio en ambos y se estrelló como sus compañeros de terna con la mansedumbre y falta de casta de los Cinqueños de El Vellosino.
