Trece pinturas del estadounidense Edward Hopper cobran vida en esta película bajo la dirección del austríaco Gustav Deutsh, para contar la historia de una mujer que vive una realidad que no acepta. Shirley (Stephanie Cumming) es una mujer atractiva, carismática, comprometida, de convicciones firmes y emancipada a la que le hubiese gustado cambiar la historia a través de su implicación profesional y sociopolítica. Una mujer que no acepta la realidad de la época que le ha tocado vivir, la América de los años 30 a los 60.