El relato cronológico sobre la obra de Goya en el Museo del Prado se enriquece con la incorporación durante seis años de la pintura "Aníbal vencedor", propiedad de la Fundación Selgas-Fagalde. Este préstamo, formalizado hoy con la firma de un convenio entre ambas instituciones, completa una de las escasas lagunas cronológicas de la colección del museo y, fechada en 1771, se convierte en la primera obra autentificada de Goya que se exhibe en el Prado.
"Aníbal vencedor", que ya cuelga de las paredes de la sala 35 del museo, "completa la secuencia de obras tempranas de Goya" y permite una comprensión más cabal de las primeras etapas del pintor, en opinión del director del Prado, Miguel Zugaza.
La obra, comprada como una pintura italiana sin autoría por el fundador de la Fundación Selgas-Fagalde de Asturias a mediados del siglo XIX en Madrid, fue autentificada por el Museo del Prado en 1994 y, un año después, participó en una de las exposiciones programadas con motivo del 175 aniversario de la pinacoteca.
"Tener esta obra durante seis años es un regalo fantástico para la colección del Prado", en opinión de Manuela Mena, jefa de conservación del siglo XVIII y Goya, quien recordó que el pintor aragonés se presentó con esta pintura al concurso convocado por la Academia de Parma en 1771. Aunque se llevó una mención, el genio español no ganó el concurso. Según los estudios, pudieron ser razones políticas o, quizá, que los colores no se adecuaban a los utilizados en el momento.
El análisis del "Cuaderno italiano" de Goya, perteneciente a las colecciones del Prado y que durante unas semanas se exhibirá junto a la pintura de "Aníbal vencedor", indica que durante su estancia en Italia se encontró en Génova con Mengs y su grupo.
"De Génova viajaron a Parma y de allí a Florencia. Debió de ser el impulso de Mengs y de Ratti lo que le hizo presentarse al concurso de la Academia de Parma".
Aunque Goya se ajustó a las normas que esta institución dictó que debían tener las pinturas presentadas, se saltó algunos detalles. El pintor colocó a Aníbal en primer plano, concediéndole todo el protagonismo, a pesar de que las bases indicaban que el "genio de majestuosas alas" debía ir delante del héroe, dándole la mano.
"A Goya le interesaba mostrar a Aníbal cuando acaba de pasar los Alpes y se enfrenta a atravesar el río Po, representado iconográficamente por una figura masculina con cabeza de toro o de búfalo", comentó Manuela Mena, para quien uno de los aspectos interesantes de la pintura es la expresión del héroe.
"Su fortaleza casi recuerda la figura de Hércules con toda su potencia y su anticlasicismo. No sabemos si va para delante o para atrás pero mira con ilusión, aunque al mismo tiempo tiene miedo", señaló la conservadora y destacó que los ojos de Aníbal evocan los del soldado protagonista de "Los fusilamientos del tres de mayo".
Otro detalle interesante de la obra es la forma de interpretar al ejército, "que aparece cansado después de atravesar los Alpes. Goya usa tonos azulados y grisáceos para expresar este cansancio".
Goya realizó cambios respecto al boceto preparatorio, en el que aparecía un caballo derrengado que apenas se sostenía, y pintó un caballo "que va a seguir adelante".
Algunos de los elementos compositivos que aparecen en esta obra se mantendrían a lo largo de la trayectoria del artista, "como elevar de forma sutil la figura del héroe, representando el resto de las figuras con menores dimensiones", destacó Manuela Mena, quien consideró que Goya demuestra su estudio de la Antigüedad en la representación del casco y las ataduras de Aníbal.
Otro elemento importante "que contradice las afirmaciones de algunos de que Goya no sabía pintar manos, es la perfección del dibujo de estas", según la conservadora. "Todo está perfectamente estudiado en esta obra, fundamental para la colección del museo. Este es Goya recogiendo la sabiduría de los que admiraba".
"Aníbal vencedor" permite dar una visión panorámica de Goya y muestra "su formación y su ambición, no solo artística, sino de sentir el reconocimiento como pintor. Esta obra es como su tarjeta de visita en Italia", en opinión de Gabriele Finaldi, director adjunto del Prado.
El convenio firmado hoy con la Fundación Selgas-Fagalde contempla que el Prado realizará el estudio técnico y la restauración de cinco obras de la institución asturiana y organizará dos proyectos expositivos en su sede de Cudillero.