Se dice que Francisco de Quevedo tuvo la osadía de deslizar bajo la servilleta de Felipe IV un memorial en el que realizaba una radiografía crítica de la España de entonces. Esta anécdota, ejemplo de la capacidad de los cómicos para encararse con el poder, inspira la nueva obra de Moncho Borrajo, "Yo, Quevedo"
El espectáculo, que a partir de hoy se representa en el Teatro Muñoz Seca, realiza un juego de paralelismos entre el siglo XVII y la actualidad, ya que el manifiesto, dedicado a Felipe IV y al Conde Duque de Olivares, "viene perfecto para Juan Carlos I y Rajoy o Zapatero", afirma el humorista.