En una época en la que el germen de la modernidad se encontraba en París, movimientos periféricos como el que agrupó a pintores italianos bajo el nombre de los "macchiaioli" (manchistas) tuvieron una gran influencia en los pintores españoles de finales del XIX.
A este movimiento, sobre el que nunca se ha organizado una exposición en España, dedica la Fundación Mapfre su gran muestra de otoño, organizada en colaboración con los museos de Orsay y de L'Orangerie, de París, donde se mostró anteriormente, y la participación especial de la Gallería d'Arte Moderna di Palazzo Pitti, de Florencia.
El hecho de que el epicentro de la modernidad europea fuera París, así como la ley italiana dictada por Mussolini que prohibía se vendieran fuera de Italia obras de arte pertenecientes al siglo XIX, han contribuido a que este movimiento sea prácticamente desconocido más allá de las fronteras italianas, de las que únicamente ha salido una obra de esta época vendida en los años 20.
Cerca de cien pinturas procedentes de las más prestigiosas colecciones italianas, como la Galleria d'Arte Moderna di Palazzo Pitti, la Galleria Nazionale d'Arte Moderna de Roma, la Galleria d'Arte Moderna de Milán o la Fondazione Musei Civici di Venezia, forman un recorrido que reconstruye la actividad de pintores opuestos a la pintura académica y al romanticismo histórico.
Artistas como Giovanni Fattori, Silvestro Lega, Telemaco Signorini, Giuseppe Abbati, Giovanni Boldini o Odoardo Borrani, unidos en torno al crítico y mecenas Diego Martelli, buscaron la verdad del arte a través de la pintura al aire libre.
En sus obras, algunas de ellas de unos formatos mínimos, que luego fueron utilizados por pintores españoles, crearon una novedosa visión del paisaje toscano, con fuertes contrastes de luz captados mediante la yuxtaposición de manchas de color.
"Macchiaioli. Realismo impresionista en Italia" se encuadra en el programa expositivo de Mapfre "con el que intentamos acercarnos a una visión amplia de lo que fue la llegada de la modernidad. El de los "macchiaioli" es un periodo especialmente importante para nosotros, ya que la modernización de España se hizo más mirando a Italia que a París", afirmó Pablo Jiménez Burillo, director general del Instituto de Cultura de la Fundación.
En su opinión, estos artistas "son para nosotros una pieza fundamental, y sorprende que sean tan desconocidos".
Sus formatos mínimos, las perspectivas distintas, el gusto por la pintura al aire libre, el disfrute por la pintura, la forma delicada de sus retratos y su interés por buscar señas de identidad nacionales "hacen que el movimiento permita agrandar nuestro punto de vista sobre cómo entendemos la primera pintura moderna española".
La exposición incluye además un apartado dedicado a Mariano Fortuny, ya que, desde un planteamiento distinto, compartió con ellos algunos puntos de vista y maneras.
Guy Cogeval, presidente de los museos de Orsay y de l'Orangerie, consideró que esta exposición es "un gran suceso" y lamentó el hecho de que, debido a la "ley criminal de Mussolini", sea imposible comprar fuera de Italia obras de artistas de este movimiento, lo que ha provocado que se mantenga como "fenómeno provinciano".
Con un montaje que pretende transmitir el sentimiento de "descubrimiento", el recorrido se inicia con obras del grupo de jóvenes artistas que se reunían en el florentino Caffè Michelangiolo en torno al crítico y mecenas Diego Martelli, junto con el que buscaban una verdad honesta y sin artificios, que plasmaron en sencillos paisajes, escenas campesinas o el retrato de la burguesía.
A esta búsqueda de una pintura más verdadera se dedica el apartado "Los orígenes de la 'macchia'", en el que se pueden contemplar, entre otros, los formatos apaisados utilizados por Nino Costa para mostrar con más amplitud el paisaje.
Las pinturas de Vincenzo Cabianca sintetizan los contrastes lumínicos sin perder atención a los temas de historia, y Antonio Puccinelli en "El paseo del Muro Torto" abre el camino de la "macchia" al tratamiento de asuntos de la vida cotidiana.
La revolución de los "macchiaioli" encuentra su razón de ser en la pintura al aire libre, a la que se dedica otro espacio, y que se convierte en su principal seña de identidad.
Paisajes de Vincenzo Cabianca, Giovanni Fattori, Odoardo Borrani o Giuseppe Abbati pretenden expresar el sentimiento de un lugar preciso, en una estación determinada y a una hora concreta.
La mancha, el compromiso de estos artistas con la unificación de Italia, la pintura de la intimidad o el retrato, género particularmente querido y popular entre ellos, son también protagonistas de un recorrido en el que se puede contemplar fragmentos de las películas de Luchino Visconti "El gatopardo" y "Senso", en las que se refleja la influencia de estos artistas en el director italiano.