Emocionada, más delgada y rejuvenecida, Isabel Pantoja ha consumado esta noche su reencuentro con los focos, con el público y, sobre todo, con el aplauso, tras algunos de los años más amargos e impopulares de su vida, con la excusa de presentar nuevo álbum y las primeras fechas de la gira.
Así, se ha anunciado que el 11 de febrero actuará en el Barclaycard Center de Madrid (antiguo Palacio de Deportes), el 18 de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el 24 de junio en el estadio de La Cartuja de su Sevilla natal.
"Voy a seguir luchando, en tu honor, porque no he tenido oportunidad de decírtelo en persona", ha proclamado la cantante en un vídeo emitido durante el evento en recuerdo de su amigo, compositor y productor del disco, Juan Gabriel, al que no pudo despedir en México tras su repentina muerte en agosto por estar privada de su pasaporte.
Él ideó "Hasta que se apague el sol" (Universal Music), que se publicará mañana, justo dos semanas después de que se diera por extinguida la condena de dos años de prisión que se impuso a Pantoja por permitir el blanqueo de los beneficios ilícitos obtenidos por su expareja y exalcalde de Marbella Julián Muñoz, durante su gestión al frente del Ayuntamiento de esa ciudad.
Ni tras su ingreso en la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en 2014 para cumplir la pena, ni después de serle concedida la libertad condicional el pasado 2 de marzo (tras haber completado dos tercios de su condena) compareció la artista ante los medios.
Tampoco se ha sometido esta noche a las preguntas de los informadores, ni a las musicales ni a las que pudieran querer explorar en cuestiones más peliagudas, como el embargo provisional de 1,8 millones de euros que aún pesa sobre ella a resultas de unas inspecciones de Hacienda.
Todas esas circunstancias, el largo silencio mediático y el aún más largo silencio musical (no publica álbum nuevo desde el homónimo "Isabel Pantoja" (2010) explican la gran expectación por el vigésimo noveno disco de estudio de su carrera, grabado antes de su paso por la cárcel.
Al recoleto Teatro Real Carlos III de Aranjuez (Madrid), el teatro cubierto más antiguo de España, no obstante, han accedido poco más de 300 personas entre seguidores acérrimos, invitados y periodistas, muchos del ámbito del corazón, si bien todo el evento podía seguirse mediante una retransmisión vía internet.
"Isabel ha querido que este fuese un evento para todos", ha advertido Narcís Rebollo, presidente de Universal Music, al inicio del acto, cuando se ha emitido el citado vídeo en el que Pantoja respondía a cuestiones del calado de "¿Te gusta más abrazar o ser abrazada?".
Ha sido después cuando se ha izado el telón y ha emergido ella, con el vestido blanco de la portada del álbum, radiante y cegadora por el reflejo de los focos, con el público puesto en pie, sumido en aplausos, "olés" y gritos de "Isabel, Isabel".
"Sigo estando aquí / esperándote / sin saber de ti / vivo de los recuerdos y estoy en desacuerdo / en que hay que olvidar lo que hace bien / lo que hace mal", ha cantado entonces la tonadillera con visos de manifiesto vital los primeros versos del tema "Del olvido al no me acuerdo".
Acompañada por una orquesta sinfónica compuesta por 83 músicos y dirigida por Carlos Checa, Pantoja ha desgranado durante poco más de media hora algunos temas de "Hasta que se apague el sol", que abunda en clásicos revisitados de la producción de Juan Gabriel, como "Luna" (que cantara Ana Gabriel).
Esta noche ha sonado el tema que da título al álbum, pero también "Abrázame muy fuerte", "Te lo pido por favor" o "Hasta que te conocí", con todos los tics y virtudes que hacen de Pantoja una intérprete única, como su tendencia al melodrama, su potencia vocal, los imprescindibles meneos a la bata de cola o las sacudidas puño en alto, aliados todos en una vorágine emocional continua.
"Qué falta nos hacía esto", le han gritado desde el público, a lo que ella ha respondido, al final del show, con un "¡Gracias al mundo, gracias de corazón! Hasta que se apague el sol, hasta entonces, estaremos con vosotros".