Al igual que a todos, la muerte de Prince tomó por sorpresa al mundo de la música, el espectáculo y hasta la política, con varios de sus miembros manifestando por igual la incredulidad por el fallecimiento del artista a los 57 años y tristeza por su inesperada partida. En una demostración de que la figura del "genio de Mineápolis" sobrepasaba los escenarios y los estudios de grabación, el presidente de EE.UU., Barack Obama, aseguró que no hubo alma "más fuerte, creativa o audaz" que la del autor de temas como "Let's Go Crazy" y "When Doves Cry", al anotar que hoy "el mundo perdió a un icono" y a "uno de los músicos más talentosos y prolíficos de nuestro tiempo".