En Barcelona, dos grafiteros han recibido un encargo "casi divino" pero también el más extraño de su carrera.
Don Ramon Mor, el párroco de la iglesia del barrio de Santa Eulalia, en Hospitalet, les ha pedido que decoren con aerosoles el ábside de la iglesia.
Dicho y hecho. Se han puesto manos a la obra y ya está prácticamente acabado. Uno es madrileño y el otro cordobés, así que estuvieron algunos meses empapándose del estilo románico catalán.
Como antiguo estudiante de Bellas Artes y pintor, Don Ramón está muy satisfecho con el nuevo aspecto del ábside del altar mayor del templo, construido en 1957, anexo a la ermita románica del municipio, de 911 años de antigüedad. El parróco cree que el grafito son los "pinceles del siglo XXI".