El cantante irlandés Bob Geldof ha afirmado hoy que "la era del 'rock and roll' ya ha terminado" y que en la cultura ya no tiene la importancia de los últimos veinticinco años en los que "simplemente era un intermediario entre las personas, que tal vez sustituyan las redes sociales".
Geldof se ha expresado de ese modo en la sala de cine del Centro Niemeyer, de Avilés, donde ha mantenido un encuentro distendido con un grupo de seguidores, previo al concierto que tiene previsto ofrecer en el auditorio del complejo cultural diseñado por el famoso arquitecto brasileño, recientemente fallecido.
El comentario del cantante surgió a raíz de la pregunta de uno de sus seguidores acerca de si creía que las nuevas generaciones son tan solidarias como las anteriores. Respondió que sí, que "están preocupadas", pero que tal vez "no tengan el vehículo necesario para expresar esos miedos".
Las anteriores generaciones utilizaron el "rock and roll" para transmitir lo que sentían en un momento que poseía similitudes con el que actualmente vive el mundo, "pero ya no tiene la capacidad de expresar la sensibilidad de los tiempos actuales".
El carácter polifacético de Gelfof, como artista, compositor o músico, pero también como activista político, ha despertado el interés de un público multigeneracional, interesado por cada detalle de su vida.
Unas imágenes de televisión sobre el hambre en Etiopía le empujó a crear en 1985 la Fundación Band Aid Trust, que se financiaría a través de los que están considerados como los dos conciertos benéficos más importantes del siglo, los denominados Live Aid, celebrados simultáneamente en Estados Unidos e Inglaterra.
Actualmente, sigue presidiendo esta fundación, que según ha indicado, ha destinado en los últimos treinta años 5.000 libras (5.969 euros) cada día a las personas más pobres del mundo.
"La situación de África del 85 es muy diferente a la actual, porque siete de la diez economías que más rápido crecen en el mundo son africanas, de modo que mi idea de que, si les manteníamos con vida, serían capaces de utilizar su inteligencia para seguir adelante, sí que ha sucedido", ha comentado.
El cantante, que a cada rato preguntaba si se podía ir ya, ha hablado de sus inicios como periodista musical en Canadá, hasta que fue deportado a Irlanda por estar en situación ilegal. Sobre la música actual, no se ha mostrado especialmente entusiasmado.
Bob Geldof protagonizó la anécdota del acto al enterarse allí mismo de que estaba en un edificio diseñado por Oscar Niemeyer -el único que existe en España-, a través de una pregunta de uno de los asistentes al encuentro.
"No sabía que esto fuera obra de Niemeyer, pero es cierto que me recordaba bastante a Brasilia y tal vez mañana intente pasear y conocer también el centro de la ciudad", ha comentado.
Y no considera que sea una pena que no sea verano, cuando las calles de Avilés se llenan de grupos irlandeses y de otros lugares del mundo, de la mano del Festival Intercéltico, porque "odia las gaitas" y no tiene ninguna necesidad de oirlas más.
El concierto que dará esta noche será un repaso por sus cuarenta años de carrera y sus diferentes estilos, incluyendo creaciones muy recientes, de hace apenas unos meses, y sin olvidar el "I don't like Mondays", que le dio fama mundial.