La 73 edición de la Feria del libro echa hoy su cierre con una subida de ventas de en torno al 5 por ciento respecto al pasado año, lo que lo que equivale a 7.450.000 euros, un balance "moderadamente optimista" porque, en opinión de su director, Teodoro Sacristán, las librerías mañana seguirán vacías".
"La feria es la feria y tiene un público cautivo que cada año viene fielmente a comprar, pero el tráfico de las librerías ha caído de manera alarmante, enero y febrero fueron meses muy duros y pensábamos que marzo, con el día del libro y demás iba a mejorar, pero no ha sido así y las pérdidas en lo que va de año van en torno a un siete por ciento", explica a Efe Sacristán.
"Es urgente recuperar la importancia de la lectura y necesitamos mayor implicación de los responsables de Educación y Cultura y de las administraciones para hacer un gran plan pedagógico que ponga el acento sobre el peso de la lectura en la calidad de los ciudadanos y la sociedad", añade.
Tanto Sacristán como la presidenta de la Feria, Pilar Gallego, lamentan que en los 17 días que ha durado la edición de este año no haya acudido ninguna autoridad para recalcar la importancia que tiene la lectura.
"Habría que aprovechar este acontecimiento que reúne a tanta gente, a tantos ciudadanos para apoyar la lectura. Esto es marca Madrid -advierte Sacristán-, viene gente de toda España, y de fuera de aquí. Hay escritores internacionales. Sería bueno que hubiera un apoyo durante todo el año y que luego aquí se hiciera un redoble de tambores para hacer visibles a las librerías".
Por su parte, Pilar Gallego, se siente contenta porque después de ver las librerías vacías, encontrarte con tantos lectores "es una fiesta y agrada, pero la crisis está ahí, y mucha gente pide el libro más barato".
Gallego añade un sentir generalizado en el sector y es la comprobación del incremento de la falta de interés por la lectura en general. "La gente mira cosas, las novedades, pero ha bajado el interés por los fondos de las editoriales y no entran a pedir libros literarios de siempre", añade.
"Se necesita un gran plan, un gran acuerdo entre todos para la educación y la cultura. Esto tiene que ser tratado con mayúsculas porque la problemática es inmensa y no hay que olvidar que la industria del libro es el 4 por ciento del Producto Interior Bruto de este país", subraya Sacristán.
"En la feria se hacen muchas cosas para niños, pero todo eso tiene que ir acompañado de medidas gubernamentales, además de la familia, que es fundamental", sostiene.
Este año la feria ha tenido como lema "Deletrear el mundo", un canto a la lectura.
CERCA DE UN MILLAR DE ESCRITORES
Casi 900 escritores españoles o latinoamericanos, italianos, franceses o irlandeses, como Federico Moccia, Neil Gaiman, John Conolly, Gillaume Long, Ana Gañvalda o Enrique Linch, entre otros, se han dado cita este año en la Feria del libro para firmar a lo largo de 17 días sus ejemplares, en una cita que ha contado con muy buen tiempo, algo fundamental para su buen curso.
Y es que para que a un librero o editor le vaya bien en la feria tienen que darse tres condiciones: El clima, el lugar que te toque (sol, sombra, muy al principio, por medio o muy al final del recorrido) y el trabajo que se ha hecho a lo largo del año, según Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma.
La feria ha contado con 364 casetas, 508 expositores, 20 organismos oficiales, 10 distribuidores, 60 libreros especializados, 60 libreros generales, 218 editores de Madrid y 134 editores procedentes de otros lugares.
Homenajes a García Márquez, a Quino por los 50 años de Mafalda, Octavio Paz, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre; conferencias sobre el centenario de la I Guerra Mundial o la celebración del 20 cumpleaños de Manolito Gafotas, de Elvira Lindo han conformado las actividades de esta edición.
Se ha recuperado también "El micro", un espacio en el que cada día, a las 12 de la mañana, se ha escuchado por megafonía las palabras en directo pronunciadas durante un minuto por un escritor, librero o periodista. Emilio Lledó, Juan Mayorga, Luis Eduardo Aute, Javier Lostalé, Juan Eduardo Zúñiga, José Manuel Blecua o Víctor García de la Concha han sido algunos de los que han utilizado el micrófono para hacer un elogio de la cultura.