La nueva edición del Pride Barcelona, el festival del orgullo LGTBI que se celebrará del 23 al 30 de junio, estará dedicada este año a los derechos de las personas refugiadas LGTBI.
En rueda de prensa, los promotores del festival, organizado por la Asociación Catalana de Empresas para Gays y Lesbianas (ACEGAL), han presentado un avance del programa, su nueva imagen y la campaña social de apoyo a los refugiados.
"Éste es uno de los Pride más importantes a nivel social porque siempre queremos reivindicar una temática, que ahora serán las personas refugiadas LGTBI", ha detallado el director del festival, Eloi Morte, que ha lamentado que "si ser una persona refugiada es complicado, si además eres LGTBI lo es todavía más".
La campaña para este colectivo está compuesta por carteles que exponen historias basadas en testimonios reales de personas que han tenido que huir de Marruecos, Guatemala o Rusia por su orientación sexual y que se han refugiado en Barcelona.
El objetivo es "concienciar a toda la ciudadanía sobre las posibilidades de colaborar en su adaptación y ayudarles a empezar una nueva vida en una ciudad tan diversa y abierta como Barcelona", una acción que según Morte se podrá hacer a través de donaciones, recogida de alimentos o apoyo social.
Con esta voluntad nace el lema del Pride, 'All my loving', bajo el cual se agruparán más de 100 actos repartidos por el conocido como Gaixample y toda la ciudad, entre los que se incluyen conferencias, conciertos gratuitos al aire libre, fiestas o actividades deportivas.
Entre las actividades se encuentra una conferencia internacional en el Convent de Sant Agustí el 14 de junio sobre las personas refugiadas LGTBI; el Pride Kids en el Tibidabo el 17 de junio; la carrera de tacones el 29 de junio; una clase magistral de Magali Dalix sobre un nuevo método de entreno, el 30; la manifestación ese mismo día por la tarde y los conciertos de Conchita, Loreen, Gala, Camela o La Prohibida, entre otros, el 29 y 30 de junio en la Avenida Reina Maria Cristina.
Además, como ya sucedió en la pasada edición, algunos edificios emblemáticos de la ciudad, como la Casa Batlló, el Hotel W, el Centro Comercial Las Arenas y El Molino, volverán a iluminarse con la bandera arco iris para mostrar su apoyo a la comunidad LGTBI.
La organización prevé reunir a 350.000 personas en esta edición para superar el reto del año pasado, cuando atrajo a más de 260.000 y tuvo un impacto económico valorado en 40 millones de euros.