“Piratas del siglo XXI”

“Piratas del siglo XXI”
Un pirata vigila desde tierra un barco mercante en aguas de Somalia |Telemadrid

26 embarcaciones españolas protegidas con seguridad privada faenan en el Índico, la principal zona de riesgo donde actúan las bandas de piratas somalíes. De hecho, un total de 400 marineros de distintas nacionalidades, marineros pertenecientes a 17 barcos, están secuestrados en estos momentos por estos grupos mafiosos. Treinta Minutos ofrece esta semana el reportaje “Piratas del siglo XXI”, un arriesgado reportaje de investigación de la BBC que sigue el rastro en alta mar y en la costa de estos modernos secuestradores de barcos.

“Piratas del siglo XXI” ha visitados los buques de guerra pertenecientes a la Operación Atalanta, la misión internacional conjunta encargada de la seguridad en la zona de riesgo. Las fuerzas especiales antipiratería explican cómo operan estos piratas, que cada vez recurren a tácticas más arriesgadas en función de las estrategias de los barcos de guerra: operan mucho más mar adentro, mediante lanchas pequeñas pero muy potentes, imposibles de detectar por los radares, en una superficie de mar en el Golfo de Adén y la zona norte del Océano Índico mide un millón y medio de millas cuadradas, el equivalente a dos tercios de la tierra continental de Estados Unidos, un área imposible de proteger eficazmente con un contingente militar que, además, debe medir un uso de la fuerza proporcionado y limitado por el derecho internacional marítimo.

El documental “Piratas del siglo XXI” entrevista a víctimas directas de los ataques de los piratas, como Chloe Le Mason, una ciudadana francesa que, junto a su marido Florent y su pequeño hijo, realizaban un viaje en su velero privado por el golfo de Adén cuando fueron abordados por una lancha pirata que les secuestró en alta mar; esta familia se encontró en medio de una operación de rescate de patrulleras de guerra francesas que terminó trágicamente con la muerte de su esposo por el fuego cruzado entre piratas y tropas especiales. Su testimonio resulta especialmente sobrecogedor porque a lo largo de todo el documental retrata con gran precisión la psicología de los secuestradores, sus métodos de intimidación y su cinismo.

“Piratas del siglo XXI” entrevista a varios ex pescadores somalíes que han abandonado sus trabajos tradicionales para unirse a las bandas de secuestradores: un trabajo arriesgado pero muy lucrativo. Estos modernos piratas argumentan que se sienten con derecho a realizar sus acciones criminales a causa de la pobreza extrema en que se encuentra Somalia, causada, según ellos, por décadas de esquilme de los caladeros de peces explotados por los barcos extranjeros que arriban en aquellas aguas. Sin embargo, el reportaje expone la falacia de estas justificaciones, ya que la piratería somalí está articulada como en una gigantesca trama mafiosa que tiene a sueldo a prestigiosas firmas de abogados británicos, que realizan las “negociaciones” de las cuantías de los rescates con los armadores y con los gobiernos de los barcos secuestrados como si de una operación financiera más se tratase.