Yemen. Uno los países árabes que con más virulencia está siendo sacudido por la ola de revueltas que recorre el mundo árabe. Yemen, al margen de su actual situación de inestabilidad política y futura incertidumbre, ha sido y es uno de los países más peligrosos del planeta: cantera del integrismo islámico más radical, es también bastión de los más sanguinarios terroristas de Al Qaeda, reclutados por centenares en medio de una juventud fanatizada que se rige por la sharia. El documental de la BBC que ofrece esta semana Treinta Minutos, “Viaje al corazón de la Yihad”, es en realidad un viaje al corazón de las tinieblas: Dean, un joven británico de origen yemení que jamás ha visitado el país de sus padres y sus abuelos, decide emprender la aventura de viajar hasta Yemen para conocer de cerca la tierra de sus antepasados. La situación es desoladora. Dean, musulmán, acostumbrado al clima de multiculturalidad y tolerancia del Reino Unido, sufre una salvaje inmersión en un país en el que las costumbres religiosas, sociales y culturales sumen al visitante en plena Edad Media: niñas de 9 años son vendidas y obligadas a casarse con hombres adultos, decenas de jóvenes son reclutados cada día por Al Qaeda para recibir entrenamiento militar en algunos de los santuarios más peligrosos de la organización fundada por Osama Bin Laden…
“Viaje al corazón de la Yihad” ha sido grabado tan sólo unos meses antes de que estallasen las revueltas en el país; el reportaje permite entender cuál es la base social de un país donde la primacía del hombre sobre la mujer se extiende a todos los ámbitos. Por ejemplo, en la familia: los adolescentes varones, por inmaduros que sean, han de ser obedecidos por todas las mujeres de la casa (hermanas, madres, tías…) siempre que el cabeza de familia esté ausente.
Seis mil quinientos kilómetros separan la casa de Dean en Sheffield, Reino Unido, de Yemen: más allá de la distancia física la brecha cultural es enorme: un británico en Yemen, por muy musulmán que sea y aunque sea de origen yemení, ante todo es británico; es decir: un objetivo terrorista. El reencuentro de Dean con su familia yemení supone un redescubrimiento de sus propias raíces: uno de los momentos más dramáticos del documental desvela que la abuela del propio protagonista fue vendida a su abuelo cuando sólo tenía 9 años de edad.