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Navalcarnero, un lugar para viajar en el tiempo… y disfrutar el presente
- Un lugar perfecto para perderte y olvidar por un rato el estrés y las prisas y disfrutar con calma de su gastronomía, su cultura, su patrimonio y su entorno
Al sur de la Comunidad de Madrid, poco antes de salir a tierras toledanas, se yerguen los más de cinco siglos de vida de Navalcarnero. Un pasado que da vida al presente de este emblemático enclave, uno de los once municipios madrileños que ostenta el título de villa, pero el único que puede presumir de ser doblemente villa.
La silueta de Navalcarnero recorta el paisaje de pinos y campos que la envuelven, un paisaje tan castellano como lo es la esencia misma del casco histórico navalcarnereño, presidido por el puntiagudo campanario de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Y es que la biografía de Navalcarnero es la historia misma de Castilla.
Siguiendo su espíritu primigenio como cruce de caminos y parada de comerciantes, Navalcarnero ha transitado a través de los tiempos, conjugando su tradicional arquitectura de ladrillos con la pintura mural y la escultura con las que ha abrazado la modernidad. Como también lo ha hecho con el vino: de esas primeras viñas que servían de sustento a los vecinos a convertirse en un atractivo destino enoturístico.
Villa por partida doble
Hasta 11 localidades de la Comunidad de Madrid pueden usar el antenombre de villa. 11 municipios madrileños reconocidos oficialmente por la riqueza y singularidad de su patrimonio y que están recogidos en el programa 'Villas de Madrid'.
Buitrago del Lozoya, Chinchón, Manzanares El Real, Patones... Pero de entre todas estas villas, Navalcarnero es la única que es villa por partida doble.
Navalcarnero pasó a ser conocida como la Villa Real de Navalcarnero gracias a dos hitos históricos. El primero tuvo lugar en 1627, cuando logró independizarse de Segovia y obtuvo el título de villa. El segundo se produjo en 1651, después de que en 1649 se celebrara en la localidad el enlace real entre Felipe IV y Mariana de Austria; como muestra de gratitud, el monarca otorgó a Navalcarnero la distinción de 'Villa Real'. El origen del municipio se remonta al 10 de octubre de 1499, cuando Hernán Pérez, representante del concejo de Segovia, fundó el primer Ayuntamiento junto a seis vecinos de Perales de Milla, considerados los primeros navalcarnereños.
El escandalizador beso de Felipe IV
El pueblo no merecía menos reconocimiento tras aquella boda tan sonada y de la que aún se guarda recuerdo, especialmente sobre el asunto del beso de Felipe IV.
Cuenta la leyenda que, tras los esponsales entre Felipe IV y Mariana de Austria, el real matrimonio fue invitado a degustar los buenos jamones, quesos y vino que guardaban los jesuitas de Navalcarnero en la Cueva del Seminario.
Con la alegría de la boda y la euforia provocada por el buen comer y beber, al rey le entró el sofoco, cogió a su flamante esposa en brazos y le dio un beso tan apasionado que escandalizó sobremanera a todos los presentes, que, entre monjes, autoridades y cortesanos, no eran pocos.
El lugar se quedó ya para siempre con el sobrenombre de 'Cueva del Beso' y a día de hoy se puede visitar en el restaurante 'Hostería de las Monjas'.
Tierra de vinos
Con más de 28.000 habitantes y a poco menos de 30 km de la capital, Navalcarnero es un escenario privilegiado dentro de la Comunidad de Madrid.
Su historia, su patrimonio y su paisaje hacen del municipio un lugar perfecto para una escapada de fin de semana, pasar unas buenas vacaciones o simplemente dar un paseo por sus calles y disfrutar de su gastronomía. Sin olvidar otro de los grandes atractivos navalcarnereños: sus vinos.
Navalcarnero es una parada importante dentro de la red de rutas madrileña de enoturismo. Sus vinos gozan de un merecido prestigio y reconocimiento internacional y son inmejorables embajadores de la excelencia de los caldos madrileños.
La plaza de Segovia es un lugar ideal para disfrutar del buen vino de Navalcarnero con Denominación de Origen Vinos de Madrid.
Vinos de Madrid, toda una experiencia muy cerca de ti
El municipio da nombre a una de las cuatro subzonas (la Suroeste) en que se divide la Denominación de Origen Vinos de Madrid. Esta subzona agrupa a 19 municipios del área central-sur de la región y ampara varias bodegas, entre ellas Muñoz Martín y Andrés Díaz. Las bodegas de Navalcarnero ofrecen recorridos guiados por las instalaciones y las cuevas originales, así como catas de vinos.
Y nada mejor para acompañar el vino que una buena degustación de los platos típicos de la localidad, como la 'olla del segador', un cocido tradicional de la cocina madrileña con la que se alimentaban antaño los jornaleros que iban a segar el trigo.
Encontrarás este y otros característicos platos en alguno de los múltiples establecimientos hosteleros del municipio, alguno de los cuales todavía conserva y permite el acceso a las emblemáticas cuevas del municipio.
Las plazas de Navalcarnero
Navalcarnero tiene un rico patrimonio que incluye importantes monumentos y que reflejan su carácter de cruce de caminos y parada de comerciantes. Un carácter que bebe de la cultura castellana y que ha dejado su impronta en el casco histórico, el cual conserva la típica estructura de Castilla con casas solariegas y de labranza.
El 'Real Mercado Siglo de Oro' traslada a Navalcarnero al pasado
Una buena visita a Navalcarnero no puede dejar de lado estos magníficos emblemas de la localidad, santo y seña de la villa:
Centro de Interpretación de Navalcarnero. El Centro de Interpretación es un magnífico lugar desde el que iniciar la visita al municipio. Está ubicado en una casa de labranza rehabilitada que mantiene la estructura tradicional, con bodega, patio y cuadra.
Allí se recrea, con todo su protagonismo, la expresión de la cultura del vino en Navalcarnero y cuenta con un espacio singular, 'Navalcarnero, tierra de vinos', donde se tratan aspectos tales como el sistema de elaboración del vino, las labores en la bodega, la importancia de las cuevas, la venta de vino y su transporte o los oficios relacionados.
Además, en el centro puedes aprender más sobre el municipio e iniciar un recorrido por su historia. Un recorrido que, necesariamente, pasa por sus plazas.
Plaza de Segovia. Las plazas de Navalcarnero merecen mención aparte... y un buen paseo. La de Segovia es el centro neurálgico del municipio y en ella confluyen las calles más populosas y en su entorno se localizan los principales comercios, bares y restaurantes.
La plaza es de planta irregular, está porticada en tres de sus cuatro lados y sus balconadas y columnas son fieles al modelo tradicional de plaza castellana.
Si hay un testigo fiel de la historia y la vida diaria de Navalcarnero, ese es la plaza de Segovia, erigida entre los siglos XVI y XVII y que en compañía con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción fue declarado Monumento Histórico Artístico y, más tarde, Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Nos encontramos ante la referencia histórica más antigua de Navalcarnero. La construcción del templo comenzó en la primera mitad del siglo XVI y ha sufrido diferentes reformas y ampliaciones con el paso de los años.
En su interior se conserva una magnífica colección de retablos que sirve de guía para seguir con facilidad la evolución del arte barroco de la región.
Plaza del Teatro. Otra plaza que hay que visitar sí o sí en Navalcarnero es la del Teatro, que debe su nombre al Teatro Municipal que la preside. Se construyó a principios del siglo XX y es emblemática su fachada en ladrillo visto.
Durante todo el año pasan por sus tablas espectáculos de teatro, cine, música, danza y otras actividades culturales.
Plazuela del Mercado. Rodeada de bares y comercios, en ella encontramos el Mercado Municipal y la Casa de la Lonja, de estilo solariego y con un bello patio interior. Conserva la fachada original con el escudo de hidalgo y balcones con herrajes del siglo XIX.
Y dentro de la Plazuela del Mercado se encuentra la plaza de Alonso de Arreo, una pequeña plaza de construcción reciente donde se pueden contemplar las pinturas murales de Alberto Pirrongelli, con escenas mitológicas relacionadas con la cultura del vino. De hecho, aquí se encuentra también el museo del vino de la localidad.
Plaza de San José. Aunque la antigua iglesia levantada en el siglo XVI sobre un pequeño humilladero ya no existe, el Ayuntamiento la ha reconstruido recientemente tratando de respetar, lo más fielmente posible, la imagen histórica del templo.
Con ello se recupera uno de los símbolos más característicos del municipio, que fue seña de identidad especialmente para los habitantes del antiguo núcleo de Villarino.
Más de cien años elaborando panes en Navalcarnero
Casa de la Cultura. También merece una visita este magnífico ejemplo de casa solariega castellana asentada sobre un edificio histórico.
Destaca su gran patio interior rodeado de balcones, en cuyo centro se encuentra una escultura del reconocido artista Feliciano Hernández, fallecido en 2018 con 81 años en Navalcarnero, donde tenía su casa-taller.
Los trampantojos
Navalcarnero es un lugar perfecto para perderte y olvidar por un rato el estrés y las prisas y disfrutar con calma de su gastronomía, su cultura y su patrimonio. Un lugar que te llevará de viaje por la historia mientras disfrutas el presente. Un lugar que también te va a divertir con sus trampantojos.
No te marches sin buscar (y encontrar) estos curiosos murales que nos tienden 'trampas visuales' por las calles de la localidad. Son responsabilidad del artista Alberto Pirrongelli, vecino de Navalcarnero que murió en 2022 y célebre por sus carteles de los cines de la Gran Vía.
Balcones, comercio, cigüeñas, vecinos... ¿Es cierto lo que ves? Descúbrelo paseando por Navalcarnero.
La ruta de los trampantojos de Navalcarnero
Mucho que ver y mucho que contar
Navalcarnero tiene mucho que ver y mucho que contar. Fue, desde sus orígenes, un pueblo muy vinculado a la tierra y un pueblo muy luchador que se empeñó en buscar la emancipación de Segovia casi desde el mismo momento de su nacimiento. Muy caros le salieron estos intentos al joven municipio, que cuatro veces fue arrasado... y cuatro veces volvió a levantarse.
Hoy en día forma parte del programa 'Villas de Madrid', que engloba a esas 11 localidades de la región que a lo largo de su historia obtuvieron el privilegio de villazgo. 11 municipios madrileños que hay que visitar, de vez en cuando, para disfrutar de la riqueza de su patrimonio, sus paisajes y su historia.