El mexicano Javier Chicharito Hernández vivirá en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid una de las inesperadas situaciones que provoca el fútbol, al pasar del ostracismo a convertirse en esperanza del Real Madrid para llegar a semifinales. Chicharito pasará de sufrir un papel más secundario del esperado en la plantilla de Carlo Ancelotti, sin tener la confianza del técnico ni la continuidad necesaria para brillar, a ser el elegidos para cubrir la baja del francés Karim Benzema.
"Chicharito está muy bien", defiende ahora públicamente Ancelotti, que hace menos de un mes apenas daba al delantero mexicano el tiempo añadido de los partidos, como ocurrió en Vallecas ante el Rayo. "Los partidos que le he dado ha mostrado que está bien físicamente y ante el Málaga demostró que está en una condición psicológica muy buena", señaló. Fueron momentos en los que Javier Hernández, que siempre ha tenido un comportamiento ejemplar en entrenamientos y fuera del campo, sin levantar la voz, habló por primera vez públicamente de "frustración". Sus 436 minutos en 24 encuentros le saben a poco por lo que ha demostrado en el terreno de juego, especialmente en los últimos partidos, en los que hizo goles y repartió asistencias.
En total ha firmado cinco dianas, cuatro en Liga (una de ellas, en Riazor, está entre las mejores del presente campeonato español) y una en Copa del Rey, y sueña con lograr su primer gol en Liga de Campeones de blanco en el día más importante, en un derbi en el que se perfila como titular. De golpe, su situación cambió. Ancelotti pensó en dar paso a las rotaciones y en las dos últimas jornadas de Liga, ante Eibar y Málaga, ha sumado más minutos que en toda la campaña. El infortunio en forma de lesión de Benzema -esguince de rodilla-, le sitúa ante su gran oportunidad. El día que tiene que demostrar al madridismo las razones por las que llegó al club.