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La estadounidense Mikaela Shiffrin, la gran dominadora del esquí alpino mundial, mejoró durante 2023 el récord histórico del sueco Ingemar Stenmark (86) -vigente durante 34 años- de victorias en la Copa del Mundo, competición que lidera este curso y en la que apunta a igualar la plusmarca femenina de seis triunfos finales de la austriaca Annemarie Moser-Pröll.
Shiffrin, de 28 años, igualó y mejoró -a los 27-, en dos jornadas seguidas y en la estación sueca de Are -donde había festejado su primer éxito en la competición de la regularidad- el récord absoluto (entre hombres y mujeres) de Stenmark.
El astro sueco, triunfador entre 1974 y 1989, alcanzó sus 86 victorias (46 en gigante y 40 en eslalon) a los 32. Invirtió catorce años y dos meses en completar su gesta, que incluye una victoria en España: en el gigante de Sierra Nevada (Granada) de 1977. La súper-campeona de Vail (Colorado), ganadora en todas las disciplinas- tardó bastante menos que el gran Ingemar: diez años y algo menos de tres meses.
'Mika' redondeó su gran temporada -en la que también ganó el título de gigante y dos platas, en eslalon y supergigante, en los Mundiales de Courchevel y Méribel (Francia)- elevando a 88 su número de triunfos en las finales de Soldeu (Andorra), donde recogió el gran Globo de Cristal que la acreditaba como ganadora, por quinta vez, de la Copa del Mundo.
Un título que en hombres revalido Marco Odermatt, que va camino de convertirse, tras la retirada del tenista Roger Federer, en el gran ídolo deportivo de Suiza; y ya apunta a una tercera corona seguida en la competición de la regularidad.
Shiffrin, que aparte de la general, se llevó las Bolas de Cristal de eslalon y de gigante, logró 14 victorias, en una temporada en la que, antes de batir el de Stenmark, también mejoró el récord femenino, que poseía otra gran campeona estadounidense, Lindsey Vonn, con 82.
La gran estrella del US Team superó en casi mil puntos en la general final a la suiza Lara Gut-Behrami -con 33 años, la gran dama del esquí helvético-, que desde hace unos años vive una segunda juventud con un cuerpo técnico en el que figura el español José Luis Alejo y que capturó la Bola de supergigante.
La eslovaca Petra Vlhova, que, al igual que las anteriores, también lo ha ganado todo en el deporte rey invernal, acabó tercera en la relación principal; y la italiana Sofia Goggia confirmó su condición de gran velocista al anotarse por cuarta vez la Copa del Mundo de descenso.
Superado Stenmark, el siguiente objetivo de la muy talentosa y voraz Shiffrin es alcanzar los seis triunfos finales en la competición de la regularidad de Moser-Pröll, la novia de Austria en los años 70. Otra niña prodigio que logró el primero de sus 62 triunfos en Copa del Mundo -36 en descenso- a los 16 años (Mika lo hizo con 17); y que ganó sus cinco primeras grandes Bolas de Cristal de forma consecutiva -entre 1970 y 1975-, antes de capturar un sexto Globo en 1978.
Y si Shiffrin es la estrella más mediática del circo blanco, Odermatt se ha convertido, sin lugar a dudas, en la gran referencia en el esquí masculino, en el que revalidó título en la Copa del Mundo a lo grande, con récord absoluto de puntuación. El astro helvético sumó 2.042 unidades, mejorando en 42 la plusmarca anterior, que poseía desde el año 2000 el austriaco Hermann Maier: el irrepetible Herminator.
Odermatt mejoró en más de 700 puntos al noruego Aleksander Aanodt Kilde -el novio de Shiffrin-, que ganó la Copa del Mundo de descenso, en una temporada en la que el suizo capturó las de supergigante y gigante; y otro noruego, Lucas Braathen -que un día antes del arranque de esta temporada anunció de forma sorprendente su retirada, a los 23 años- la de eslalon. Eso, antes de acabar cuarto en la general, por detrás de otro compatriota, Henrik Kristoffersen.
En los Mundiales de Meribel y Courchevel, Odermatt confirmó su condición de gran dominador en el gigante, disciplina en la que al olímpico -ganado un año antes. en los Juegos de Pekín- añadió el título intercontinental. También se anotó la prueba reina, el descenso, disciplina en la que está muy cerca, pero todavía no ha ganado en Copa del Mundo.
Kristoffersen salvó la temporada con el título mundial de eslalon y el francés Alexis Pinturault -el esquiador en activo con más triunfos en la Copa del Mundo masculina (34)- fue profeta en su tierra al ganar la combinada.
En unos campeonatos en los que las italianas Federica Brignone y Marta Bassino se anotaron combinada y supergigante, respectivamente; Canadá ganó dos sorprendentes oros, gracias a Laurence St-Germain (eslalon) y James Crawford (super-G); y Jasmine Flury se convirtió en la gran sorpresa ganando el descenso femenino. Un triunfo que, unido a los dos de Odermatt, situó a Suiza -que también ganó este año la Copa de las Naciones- al frente del medallero de los Mundiales.
Copa del Mundo
Shiffrin y Odermatt ya marcan la pauta en lo que va de la quincuagésima octava edición de la Copa del Mundo, que arrancó en octubre en Sölden (Austria) y que -marcada por los devastadores efectos del calentamiento global- tras siete cancelaciones de pruebas masculinas y tres en las femeninas, parece que, desde mediados de diciembre ha comenzado a disputarse con cierta normalidad.
A fecha 22 de diciembre, la estadounidense -que ese día se conformó con un segundo puesto en Courchevel (Francia), donde ganó Vlhova-, vencedora del segundo eslalon de Levi (Finlandia), del de Killington (EEUU) y del descenso de St. Moritz (Suiza), ha elevado a 91 su propio récord histórico absoluto de triunfos en la Copa del Mundo (55 de ellos en eslalon).
Y el suizo, que también lidera la general, suma asimismo tres triunfos desde que arrancó la temporada: todos ellos en gigante -en Val d'Isere (Francia) y en los dos de Alta Badia (Italia)-, disciplina en la que cuenta 17 de sus 27 éxitos en la competición de la regularidad.