Viajará el Movistar Estudiantes a Sevilla con la tranquilidad que aporta un 2-0 en el casillero y más aún el saber que podrían llegar a tener una última bala en su recámara de cara a un hipotético quinto encuentro en Madrid.
Todo ello tras un segundo asalto en el Wizink Center en el que los hombres de Pedro Rivero fueros capaces de minimizar los efectos de la línea exterior sevillana tras un buen inicio. Porque una vez más, el Real Betis fue capaz de marcar territorio desde un perímetro en el que los puntos de Marín y Rodríguez sirvieron par abrir una pequeña brecha en el marcador.
Pero poco redito le pudo sacar el conjunto verdiblanco a sus 11 puntos de renta ante la rápida reacción estudiantil.
Primero con Kevin Larsen recuperando un balón imposible para espolear a sus compañeros y, posteriormente, con toda una demostración de carácter de Francis Alonso. Concretamente con cuatro triples consecutivos con los que liderar 26 puntos seguidos de los suyos con los que romper el choque (59-38).
A partir de ahí, los béticos entraron en una sequía anotadora que les llevó a entregar el mando a un Movistar que, con una veintena de puntos de margen, dominó ya sin apuros el tramo final del partido (98-73).