El Leganés y el Alavés pusieron el punto final a la temporada con un enfrentamiento que hizo justicia al espíritu competitivo demostrado por ambos a lo largo del año.
El partido se presentaba como una fiesta en Butarque tras lograr los anfitriones el punto que daba la permanencia en San Mamés ante el Athletic. Era un día para disfrutar y para agradecerles a los jugadores los servicios prestados.