El duelo entre la dominante escudería Mercedes del británico Lewis Hamilton y el alemán Nico Rosberg frente al Ferrari del alemán Sebastian Vettel, que ya les batió en Malasia, centra un Gran Premio de Baréin en el que el español Fernando Alonso seguirá la evolución de su McLaren.
Apenas hace una semana del Gran Premio de China en el Circuito de Shanghái, en el que Hamilton -vigente campeón mundial- se llevó la victoria en un fin de semana dominado por las 'flechas plateadas', por delante de su compañero Rosberg y de los dos Ferrari de Vettel y del finlandés Kimi Raikkonen, que fue cuarto.
SE TERMINA DE NOCHE
Siete días después, la escudería dominante y la aspirante a desbancarla se citan en el circuito de Sakhir, un trazado con condiciones cambiantes -se empieza compitiendo de día al atardecer y se termina de noche, con una bajada notable de la temperatura de la pista- y con una alta degradación de los neumáticos, unida a los problemas de agarre que provoca la arena que se cuela en la pista, en un trazado ubicado en pleno desierto.
En el territorio Mercedes, pese a la victoria en China, están bastante lejos de la calma. No solo porque en Malasia descubrieron que la nueva máquina de la 'scuderia' Ferrari, el SF15-T, puede hacerles daño en circunstancias de calor y con una buena estrategia, sino también porque las luchas intestinas entre sus dos competitivos pilotos, todo un serial el año pasado, vuelven a salir en público.
Así ocurrió tras la carrera de Shanghái, en la que Hamilton tuvo que aminorar el ritmo cuando iba en cabeza para conservar su coche -con problemas de calentamiento a falta de 20 vueltas-, pero al que Rosberg acusó después de haber puesto en peligro su segunda posición en un ritmo tan bajo.
"Pilotar más despacio era quizás más necesario al comienzo de los 'stints' y eso significó que Sebastian estaba muy cerca de mí, lo que le dio una oportunidad para intentar esa parada tan temprana y tratar de adelantarme. Y entonces tuve que cubrirle y luego mis neumáticos se gastaron al final de la carrera porque mi 'stint' era muy largo", señaló el alemán.
TENSIÓN EN MERCEDES
Pese a las declaraciones, Rosberg reconoció también que había tenido junto a su compañero "una buena discusión" con "críticas constructivas" y se mostró dispuesto a pasar página del asunto. Aunque admitió que le gustaría ver este domingo el podio de 2014 invertido: él delante de Hamilton, que ganó en la anterior edición.
En lo que respecta al bicampeón español Fernando Alonso (McLaren), la carrera en Sakhir debe ser otro paso más en la evolución de su MP4-30, después de una satisfactoria prueba en China, en la que el valor estuvo en terminar la carrera más que en la duodécima posición final.
"Aunque no hemos ido muy rápido, seguramente, al haber acabado los dos coches tenemos mucha información por analizar ahora para entender más el coche y mejorar", explicó Alonso después de la carrera en Shanghái.
El asturiano espera "crecer en esta línea de fiabilidad" de su monoplaza en Baréin, un circuito que le ha traído buena estrella. Tanta que es el piloto con más victorias en el trazado de Sakhir (2005 y 2006 con Renault, 2010 con Ferrari).
Como es lógico, no será esta edición la oportuna para engrosar ese palmarés, aunque sí un nuevo paso hacia la evolución que esperan tenga un punto clave en la siguiente carrera, el Gran Premio de España. El jefe de equipo de McLaren, el francés Eric Boullier, prometió esta semana mejoras tanto en la unidad de potencia como en la aerodinámica para la carrera en Montmeló, dentro de un mes.
El también español Carlos Sainz (Toro Rosso), decimotercero en Shanghái, espera volver a la zona de puntos como ya hizo en las dos primeras carreras de la temporada. Los casos del mexicano Sergio Pérez (Force India) y del venezolano Pastor Maldonado (Lotus) son parecidos: ambos buscan auparse a los puntos, aunque Checo solo lo consiguió en Australia y Pastor aún no lo ha logrado.
Para Roberto Merhi (Manor), haber logrado terminar la carrera en China fue "un avance" y espera "dar un pasito más" en Baréin. En una pista en pleno desierto y al atardecer, el fabricante de neumáticos Pirelli llevará compuestos medios y blandos en un circuito que provoca una alta degradación de las gomas.
También es un trazado proclive para los adelantamientos, en los giros 1 y 4; así como tiene una peligrosa curva 10, pese a que es un trazado con salidas amplias tras cada giro, por lo que no es muy habitual la salida del coche de seguridad. Serán 57 vueltas al trazado de 5,412 kilómetros del Circuito Internacional de Baréin, la última prueba antes de la fase europea del Mundial de Fórmula Uno.