El estadounidense Dustin Johnson ha conquistado el Abierto de Golf de Estados Unidos, que se ha celebrado en el Country Club de Oakmont, al oeste de Pensilvania.
El golfista de Carolina del Sur, que ha acabado con cuatro bajo el par después de superar las complicadas condiciones del campo, los retrasos constantes por las tormentas, la indecisión de los árbitros y al resto de sus competidores, conquista su primer grande y se quita la espina del US Open de 2015, cuando entregó el liderazgo en el último segundo a su compatriota Jordan Spieth.
"Me siento muy bien y siento que me lo merecía. He tenido muchas oportunidades y no lo había logrado hasta ahora", dijo Johnson acerca de su primer 'major' después de entregar una tarjeta a la que tuvo que restar un golpe de penalización por provocar el movimiento de su bola en uno de los 'greenes' de la última ronda.
SERGIO GARCÍA, QUINTO
La decisión del Comité de Reglas sobre la penalización se postergó hasta el último momento y mantuvo en vilo los resultados, hasta que Dustin Johnson se puso a cuatro golpes de sus perseguidores en los últimos tres hoyos.
"Ha pasado mucho tiempo desde que no pasaba cuatro días con opciones de victoria en un grande", dijo Sergio García, que llegó a ponerse a un golpe del líder y, a diferencia de Johnson, sigue teniendo pendiente conquistar el primer major de su carrera.
Los estadounidenses Jim Furyk (-1) y Scott Piercy (-1), y el irlandés Shane Lowry (-1), líder antes del comienzo de la última jornada, también acecharon a Johnson hasta los últimos hoyos, cuando una sucesión de bogeys acabaron con sus ambiciones.
"Sólo es un error si no aprendes de él, y hoy he aprendido mucho", dijo un cabizbajo Lowry después de anotarse seis sobre el par y tirar por la borda los tres golpes de ventaja con los que inició la última ronda del US Open.
LOWRY SE HUNDE EN LA ÚLTIMA JORNADA
Algo parecido le sucedió al hasta ahora desapercibido estadounidense Andrew Landry, que lideró la primera ronda y se mantuvo en los primeros puestos hasta la fatídica jornada del domingo, cuando un ocho sobre el par dio al traste con sus aspiraciones de terminar entre los diez primeros en su primer grande.
"Me hubiera encantado haber podido hacer una foto de recuerdo", dijo Landry, que llegó a Oakmont en el puesto 624 del ranking mundial, acerca de su experiencia en el último grupo de la última jornada del Abierto de Estados Unidos.
Las fuertes tormentas del primer día de competición desbarataron los horarios y pusieron a prueba la paciencia de los competidores, que tuvieron que jugar 36 hoyos en una sola jornada y regresar de madrugada a terminar los hoyos pendientes.
Una prueba maratoniana insuperable para algunos de los favoritos, como el estadounidense Phil Michelson, el sudafricano Ernie Els y el norirlandés Rory McIlroy, que no lograron pasar el corte del viernes.
La combinación con las dificultades del recorrido de Oakmont mermó la concentración y la energía de muchos de los que llegaron al fin de semana, entre ellos el ganador de la edición de 2007 en este mismo campo, el argentino Ángel Cabrera (+9).
El veterano Cabrera, también ganador del Masters de 2009, advirtió al final de su participación que "hay que saber ganar los majors" y parece que Dustin Johnson se ha aprendido finalmente la lección. "Ahora me da mucha confianza saber que puedo llegar a cualquier grande y ganarlo", dijo Johnson, que tiene por delante el tercer y cuarto 'majors' de 2016, el Abierto Británico en Royal Troon y el Campeonato de la PGA en Baltusrol.