Holanda ha sucumbido en el primer partido de la Eurocopa al perder contra Dinamarca (0-1), un equipo firme en defensa y que tuvo el acierto de marcar un gol en las escasas ocasiones que construyó.
El equipo holandés fue un aspirante menor, que venía con la vitola de subcampeón del mundo y que evidenció ser un equipo muy limitado y, cuando tuvo sus opciones, negado por completo ante la meta rival.
En los instantes finales del choque, los holandeses reclamaron penalti en una mano de Jacobsen, pero el árbitro se desentendió, como así hizo en innumerables entradas que podrían haber acabado con cartulinas.
Holanda tomó rápidamente el control del partido, pero se encontró un rival rocoso que le hizo probar la propia medicina que suministró a España en la final del pasado mundial; una agresividad al límite. Ante este perfil, a los holandeses les costó llegar con el balón claro a la frontal del área danesa.
Con este panorama, los disparos a media distancia se sucedieron con mucha frecuencia, pero sin atino. La Holanda talentosa sólo se manifestaba en el último tercio del campo, debido a la nulidad de sus dos pivotes, Van Bommel, Nigel de Jong, muy limitados para la construcción de fútbol.
El joven Willens fue el primero que se estrenó con un lanzamiento alto, mientras que el barcelonista Afellay, sorpresa en la alineación, no dudó ni una vez en buscar el gol desde la larga distancia, sin éxito, aunque su actuación en el primer tiempo fue de lo más destacado.
Dinamarca, encerrada en su espacio, confió todo a una intensa defensa y a que los rivales no ajustasen el disparo, como Van Persie en el minuto 7, y seis minutos después en una falta directa desde la frontal, nuevamente a cargo del atacante del Arsenal.
Robben, excesivamente individualista, también tuvo en sus botas claras ocasiones de gol, como en el 18 cuando su último pase lo interceptó un defensa danés.
En la primera aproximación de cierta calidad de Dinamarca, Krohn-Dehli hizo lo imposible en el 24, después de recortar en el área y mandar con un zurdazo el balón al fondo de las mallas (0-1). Nuevamente el atacante danés tuvo el segundo en el 42.
A diez para la conclusión de la primera parte, un error gravísimo del meta Andersen no fue aprovechado por Robben, quien se encontró el balón tras un mal pase del guardameta, y finalmente su disparo acabó en la base del poste.
En la segunda mitad, Holanda se volcó para la obtención de un gol que no llegó, a pesar de volver a apostar por el lanzamiento de larga distancia, como el de Van Bommel en el 50, que acabó en córner, o a mover el balón en busca de espacios. La lentitud, a veces exasperante, como la mostrada por Robben, y una buena defensa danesa fueron elementos que impidieron a Holanda encontrar el camino del gol.
Dinamarca sufrió, concretamente en unos minutos muy concretos al poco de arrancar la segunda parte, con un vendaval de ocasiones de los holandeses, pero rápidamente pasó a vivir sin apuros e, incluso, a controlar en momentos el partido.
Dinamarca fió todas sus opciones al contragolpe. En el 53, Poulsen pudo haber marcado el segundo, mientras que en el 70 el goleador del partido también tuvo su opción en un duro disparo.
Los últimos cartuchos los puso Holanda en el 71 con la entrada de Van der Vaart y Huntelaar, y en el 85 de Kuyt, pero sólo una acción del ariete en el 75, cuanto Huntelaar realizó un buen control y un acertado disparo que despejó Anderson, inquietaron a Dinamarca.
- Ficha del partido:
0. Holanda: Maarten Stekelenburg; Van der Wiel (Kuyt, min.85), Heitinga, Vlaar, Jetro Willems; Van Bommel, Nigel de Jong (Van der Vaart, min.71), Robben, Wesley Sneijder; Ibrahim Afellay (Huntelaar, min.71) y Robin van Persie.
1. Dinamarca: Andersen; Jacobsen, Kjær, Agger, Simon Poulsen; Zimling, Kvist; Rommedahl (Mikkelsen, min.85), Eriksen (Schone, min,46), Krohn-Dehli; y Bendtner.
Gol: 0-1, min.24: Krohn-Dehli.
Árbitro: Damir Skomina, de Eslovenia. Mostró cartulina amarilla a Van Bommel (min.67), Poulsen (min.78) y Kvist (min.81).
Incidencias: partido correspondiente al grupo B de la Europa de Polonia y Ucrania, disputado en el estadio Metalist Stadium de Járkov (Ucrania), ante unos 32.000 aficionados.