Carlos Sainz: "A pesar del abandono, estoy contento y disfruté"

  • Un problema mecánico trunca la ilusión del piloto madrileño en el Dakar por quinta vez
  • Nani Roma sobre Sainz: "Un día estás arriba, primero y todo está bien y luego una piedra u otra cosa te deja fuera"

Carlos Sainz (Peugeot) reconoció su "decepción" por tener que abandonar la edición 2016 del Rally Dakar por un problema en la caja de cambios de su DKR 2008, pero aseguró estar "contento" por lo que había disfrutado en el raid. "Con teléfono de nuevo, confirmar mi retirada del Dakar. A pesar del abandono por una rotura, y la decepción, estoy contento!! Disfruté", escribió Sainz en su cuenta oficial de Twitter.

El madrileño también dio las gracias "una vez más a toda la gente el cariño, apoyo y respeto durante estos días" y durante toda su "larga carrera deportiva". "Con eso me quedo!!", añadió el bicampeón del mundo de rallys.

"Por supuesto muchas gracias a Lucas Cruz por su fantástico trabajo y a Peugeot Sport. Vamos a ganar!!!", sentenció Sainz, que sufrió su avería el día que partía como líder en coches y que ha dejado el triunfo en bandeja a su compañero de equipo Stepháne Peterhansel.

UN PROBLEMA MECÁNICO TRUNCA LA ILUSIÓN DE SAINZ POR QUINTA VEZ

En el kilómetro 213, apenas a 31 de meta, el madrileño detuvo su ilusión y truncó su sueño de repetir aquel lejano título de 2010. Como aquel abandono en la primera edición sudamericana del Dakar 2009 con Volkswagen, Sainz enterró su suerte en el camino a La Rioja, en una historia que luego se repitió en las últimas cuatro presentaciones en esta exigente competición.

En aquella ocasión su auto se cayó por un barranco de cuatro metros en el kilómetro 79 de la especial y su copiloto, Michel Perin, resultó herido en un omóplato. En esa oportunidad ambos tuvieron que ser evacuados en helicóptero al bivac de Fiambalá, mientras que ahora un camión de asistencia fue el encargado de remolcar hasta La Rioja al Peugeot y todas las esperanzas truncas del madrileño y su copiloto catalán.

La jornada, marcada por el comienzo de la novedosa partida denominada Súper Fiambalá, incluyó un problema tras otro para Carlos Sainz y Lucas Cruz, ya que además de este serio desperfecto mecánico, previamente el binomio español había perdido un punto de paso, había sufrido un pinchazo y había quedado clavado en la arena.

DOS TRIUNFOS CONSECUTIVOS

Después de dos triunfos consecutivos de etapa y trepar a la punta de la general, el Peugeot DKR2008 del español de 53 años puso un punto final al sueño del bicampeón mundial de Rallies (1990 y 1992).

En el cuaderno de recuerdos quedarán el desperfecto mecánico en la segunda etapa que lo había retrasado en 14 minutos y medio, los tres segundos puestos en dobletes o tripletes de Peugeot, los dos triunfos de etapa en Salta y Belén, la ratificación de su diversión en esta diversión y las miles de horas invertidas para transformar aquel experimental vehículo del año pasado en este competitivo prototipo que todavía sueña con el triunfo de la mano de Peterhansel.

El propio Sainz, con experiencia de sobra, fue uno de los pocos que pidió premura en la etapa de descanso de Salta cuando los tres Peugeot copaban el podio y el Dakar tenía ese aroma tan francés.

"Todavía queda mucha carrera por delante y los próximos tres días serán muy complicados y el Dakar se jugará allí. Es probable que alguno quede fuera de carrera", habían sido las palabras de Sainz antes de la reanudación de la carrera en Salta. Lo que nunca imaginó El Matador es que dentro de ese último grupo de vehículos estuviera también su suerte. Esa que le es esquiva y que marca cuatro abandonos en sus últimas cuatro participaciones.